Por EDGAR MORENO
Sigue Maquiavelo gobernando el pensamiento proclive al oportunismo de una importante facción de las élites que hoy siguen controlando los partidos políticos en la República Dominicana, y que siguen varados en la vieja política del siglo pasado, muchos de los cuales son los mismos actores de hace ya más de 30 años.
Los fines no sólo siguen justificando todos los medios que se requieran para ganar, sino que van más allá: Se sigue al pié de la letra el mandato de que en política se sigue haciendo lo que conviene. Que poco importa colocar a un lado los escrúpulos, los valores y los principios, pues si el objetivo es ganar, todo se vale.
El problema de esa alianza es que la han hecho esencialmente las élites, es decir, las directivas (las cúpulas) de esos partidos (PLD, LFP y el PRD), sin la anuencia (aprobación) de una parte importante de su militancia (la base), los mismos que sólo son utilizados esas directivas como meros tontos útiles, tanto para conformar sus padrones electorales, para participar en las campañas, y, lo que es más útil, para usarlos el día de las elecciones.
En lo que queda del moribundo PRD, aún controlado por The Negociator, ya han anunciado su renuncia varios dirigentes históricos, los cuales, que no es una sorpresa para nadie, se afirma que pasarán a formar parte del Proyecto Reeleccionista. Nos referimos a Junior Santos, Juan Morales, Julio Mariñez, Fiquito Vásquez, entre otros.
En el PLD, los que están convencidos (que no son pocos) que el artífice (el protagonista) principal de su derrota en el 2020, y que finalmente los sacó del gobierno y con ello perdieron sus empleos, fue el Sr. Leonel Fernández, esa alianza es equiparable a cuando un tribunal declara la nulidad absoluta de un acto (que nunca existió para el derecho).
En LFP es distinto el escenario con su base electoral, muy a pesar de que su líder, según sus detractores, es un megalómano (afectado por el síndrome de hubris), y que, según el propio «genio» que salió altamente desacreditado del gobierno (Danilo Medina), no puede vivir sin estar aspirando.
Bueno pues resulta que la militancia allí sí está convencida y dispuesta a olvidar (no a perdonar), todos los desaciertos, vejaciones y humillaciones llevadas a cabo por el Danilismo, y de las que fue objeto desde que salió del gobierno en el 2012, el que representa su única y legítima esperanza de volver al Poder, el ex presidente Leonel Fernández.
La militancia de LFP está completamente convencida que, dado que ya descartaron la narrativa de que ganaban en primera vuelta (Una absurdidad), será ese proyecto político el que obtenga el segundo lugar y force una segunda vuelta, y, con la ayuda (según sus expectativas) de sus ex compañeros del viejo partido, poder derrotar al árabe en un ballotage.
Lo que está por verse, tanto en febrero como en mayo próximo, es ver hasta qué nivel tendrá el efecto buscado por esa alianza que intenta frenar una nueva victoria municipal, congresual y presidencial, de la escisión de Perredeísmo (PRM) que hoy detenta el Poder.
Sea usted el jurado.