Personajes que el tiempo quiere borrar pero la historia no

German Arciniegas.

Una de las grandes personalidades literarias de América, sin lugar a dudas, fue Germán Arciniegas. Escritor, periodista y político colombiano, nacido en Bogotá, Ministro de Educación, profesor de las universidades de Chicago y Columbia y embajador en Italia e Israel.

Fue hijo del hacendado Rafael Arciniegas Tavera y de Aurora Angueyra Figueredo. Quedó huérfano de padre en una edad muy joven, y su madre quedó sola con los siete hijos; haciendo malabares para sostener a su familia.

Entró a estudiar en la facultad de derecho de la Universidad Nacional de Colombia, a los dieciocho años, y para entonces ya había fundado y dirigido dos revistas: Año Quinto (1916) y Voz de la juventud (1917). Siendo estudiante universitario fundaría y dirigiría Universidad. Contrajo nupcias con Gabriela Vieira y procrearon dos hijas: Aurora y Gabriela. Su nieta Gabriela Arciniegas también es escritora y poeta.

Fue un pensador iconoclasta, un libertario. Rebeldía que tal vez le viniera de la herencia de su bisabuelo materno, Perucho Figueredo, quien intentó hacer una revolución antes de Martí pero fue truncado y fusilado sin poder lograrlo, músico, poeta y rebelde, autor de La Bayamesa, el himno nacional cubano, cuya familia fue a su vez la que inventó y cosió la primera bandera cubana, exhibida hoy en el Museo de la Habana.


Germán Arciniegas
Dos de las hijas de Perucho Figueredo huyeron a Estados Unidos cuando el padre fue fusilado. Una de ellas, Luz, se casó con un cubano, Angueyra, ingeniero quien fue llamado a trabajar a Colombia en la construcción de los ferrocarriles junto al ingeniero Francisco Javier Cisneros, y fue allí donde en medio de penurias inauditas nació Aurora Angueyra Figuereido, la madre del escritor.

En 1928 se vinculó al diario El Tiempo de Bogotá, en el cual fue director de la sección editorial, jefe de redacción, director del Suplemento Literario de los domingos y columnista. Durante los años 50 colaboró como columnista en el periódico como sábado. También fundó Ediciones Colombia.

En colaboración con Carlos Pellicer fundó la Federación de Estudiantes Colombianos, influenciada por el Ateneo de la juventud Mexicana y por la Reforma Universitaria de 1918 (Córdoba, Argentina).

En 1934 logró sus frutos cuando Alfonso Lopez Pumarejo subió a la presidencia de Colombia, como segundo presidente liberal después de cuarenta y cuatro años de Hegemonía Conservadora y echando a andar la famosa Revolución en Marcha, gracias a la cual se pasó un proyecto de ley con una reforma universitaria en 1933, que daba a los estudiantes la capacidad de elegir a los rectores.

Fue nombrado ministro de Educación, cargo que ocupó entre 1941-1942 y nueva vez en los años 1945-1946 bajo el mandato del Presidente Alberto Lleras Camargo. Siendo Ministro de Educación, fundó el Instituto Caro y Cuervo, el Museo de arte Colonial de Bogotá, y trasladó el Museo Nacional de Colombia al edificio donde descansa hoy, que era entonces la cárcel del Panóptico.

En 1946, escribe uno de sus libros más importante, así como más censurado y prohibido: Entre la libertad y el miedo (1952). Fue vicecónsul de Colombia en Londres (1929), como canciller de la Embajada de Colombia en Argentina (1940), Embajador de Colombia ante los gobiernos de Italia (1959), Israel (1962), Venezuela (1967), y la Santa Sede (1976).

En muchas fases de su vida fue profesor universitario en Colombia (sobre todo en la Universidad Libre (Colombia) la materia de Sociología), decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes y profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York.

Fue Presidente de la Academia Colombiana de Historia, miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Sociedad Bolivariana de Colombia. Los libros publicados por Arciniegas alcanzan el número 68 en total.

Escribió prácticamente todo. Entre sus libros sobresalen Biografía del caribe (1945) y Bolívar y la revolución (1984). El continente de los siete colores (1970). En este último, Germán Arciniegas logra analizar de manera brillante el fenómeno del mestizaje y la creación de un continente como un crisol de culturas y razas.