Las manifestaciones de duelo, lágrimas, y nostalgias no cesaron en la despedida del cacique de Higüey

Higüey, RD – La ciudad estaba triste, casi lloraba. Es que el sempiterno senador de la provincia La Altagracia, Amable Aristy Castro, quien se ganó el mote de “el Cacique de Higüey”, se estaba despidiendo del lugar en el que había permanecido los últimos 38 años de su vida.

Las manifestaciones de duelo, lágrimas, y nostalgias no cesaron en la despedida del legendario político, dejado en su última morada, a la altura de lo que fue su trayectoria y aportes en su natal provincia La Altagracia, en el nuevo cementerio de esta ciudad.

El cuerpo de quien fue legislador por 38 años y de afianzada devoción altagraciana, fue depositado al caer la tarde de este martes en la cripta familiar, en medio de sentidas manifestaciones de pesar y anécdotas sobre su vida como político excepcional y veterano.

Esta vez, desde la humilde señora a la que acostumbró en Villa Nazareth a darle ayuda y que visitaba su casa, hasta el limpiabotas al que dejaba la mejor propina, hasta quienes fueron sus colegas como legisladores y el presidente Luis Abinader, expresaron sus condolencias a quien gravitó de forma contundente en el espectro político nacional.

El presidente Abinader se solidarizó este martes con la familia del ex presidente del Senado, Amable Aristy Castro, acudiendo a la residencia familiar, donde externó sus condolencias a su hoy viuda, Andrea Cedeño y a sus hijos Karen, Onabel, Jenny, Amable Miguel y Amable Enrique.

Previamente, a través de su cuenta de Twitter, el mandatario expresó sus condolencias por el fallecimiento del veterano político resaltando las cualidades de Aristy Castro, a quien definió como un político cercano y solidario, amigo de sus amigos y con profundo amor a su pueblo.

«Falleció nuestro amigo Amable Aristy Castro. Político cercano y solidario, amigo de sus amigos y con profundo amor a su pueblo. Mi más sentido pésame a su hoy viuda D. Andrea y sus hijos Karina, Yenny, Onabel y Amable», posteó el gobernante.

Sin que faltaran los honores de estilo por su condición de expresidente del Senado, ni las palabras del obispo Jesús Castro Marte de la diócesis de La Altagracia, los restos del exsenador Amable Aristy Castro, que falleció el pasado domingo a los 73 años a consecuencia de un infarto, fueron objeto de una calurosa despedida.

Quedó claro que el recuerdo de Aristy Castro quedará vivo en la memoria de mucha gente, durante bastante tiempo. Su paso deja la nostalgia de lo que fue su impronta de jamás pasar desapercibido, atento, pendiente y tal como expresaron familiares y amigos, cercanos y fraternos.

Tal como gritaba una de sus hijas: «¿Quién atenderá mis súplicas ahora?, como también manifestaron allegados y hasta quienes de apariencia parecían sus adversarios políticos y con quienes también fue solidario.

Aristy Castro, presidente del Partido Liberal Reformista (PLR), de una larga trayectoria política, se inició como diputado y permaneció más tiempo siendo senador y secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD). Era un ferviente y furibundo higüeyano, pendiente de todo lo que tocaba la provincia.

Esta vez fue diferente a como se despidió el 19 de Julio del 2020, en el Senado cuando dijo: “Me voy para mi casa y para mis empresas, llegué empresario en 1982, cuando tenía 33 años. Vine al Congreso a hacer nuevos amigos y por eso quiero expresar mi gratitud a todos mis compañeros por su apoyo durante todo este tiempo”, dijo.

Con palabras entrecortadas, la despedida en el panegírico fue una reiteración de lo que evocó la noticia de su partida, apelando a los recuerdos de su personalidad, que provocó una caravana, tan larga e impresionante hacia el camposanto, como las que tenía acostumbrado a celebrar en los mejores momentos de su carrera política.

La incredulidad de tanta gente, negando la partida del cacique, al conocerse la noticia, se convirtió en un profundo vacío, en medio de un valle de lágrimas, penas y conmoción que parece revivir de forma contundente, el misterio de la muerte, con tantas preguntas sin responder, como lo que deparará el futuro, sin su presencia.

Los restos del fenecido dirigente político fueron expuestos en la Basílica Nuestra Señora de La Altagracia.

El también expresidente de la LMD falleció el pasado domingo a causa de un infarto en la Clínica Dr. Perozo, en la ciudad de Higüey.