La candidatura de Carmen Leyda en Peravia

Por MIGUEL A. GUERRERO PEREZ

Siempre he simpatizado con Carmen Leyda Escarfullery pues ha sido víctima del sistema electoral ya que ha obtenido la cantidad de votos necesaria para ser diputada siendo desfavorecida por el método Hondt de repartición establecido por la junta central electoral.

Incluso en el 2016, cuando se creyó favorecida por este mismo método, sostuvo que hubo fraude en su contra para favorecer un candidato de su propio partido.

Ahora, tras algunos zigzag, retorna al ruedo electoral marcada por un suceso estremecedor: José Rolando Melo, su esposo, quien había sido un gran soporte en sus aspiraciones, fue vilmente asesinado.

Todos estos ingredientes hacen de ella una víctima con la que la sociedad suele solidarizarse al nivel de generar respaldos, incluso políticos, que pueden catapultarla.


José Rolando Melo
Sin embargo hay un factor que le desfavorece: su voz en reclamo de justicia no se ha dejado sentir, algo que se extiende a sus compañeros de partido, defensores de los derechos humanos e incluso sectores periodísticos y de diferentes índoles.

El miedo se ha apoderado de la sociedad banileja a extremos insospechados. Incluso desde la policía, la justicia y aún su abogado defensor se han hecho todos los esfuerzos por no mencionar el nombre del presunto autor de esta barbarie, el cual está asociado a otros hechos bochornosos.

Soy de los que creen que Carmen Leyda debió dar la cara pidiendo llevar a la cárcel al autor y los cómplices de este nefasto crimen y prometer que en caso de llegar al congreso propondría leyes duras para este tipo de situaciones y evitar que se produzcan, como pudo ser en este crimen que tenía todos los elementos para impedir que se cometiera simplemente con el accionar de la policía y la justicia que parecen más cómplices que persecutores.

A pesar de la forma incorrecta en que Carmen Leyda ha procedido, muchos comprenden o justifican el silencio de la hoy viuda y aspirante a diputada.

La suerte está echada, no solo para ella sino también para la sociedad banileja que debe dejar su pasividad fruto del temor así como para la justicia y la policía nacional que deben recobrar la confianza de una población que observa como transcurre todo, muy lejos de los avances pregonados.