En entredicho el factor credibilidad de Gallup

No es práctica nueva o cosa de extrañar, pero lo cierto es que con el paso del tiempo va ganando cada vez mayor terreno en nuestro medio. Nos referimos al accionar y a la capacidad de los intereses -sean estos económicos, políticos o la mezcla de ambos-de prostituir y dañar todo, incluyendo muchas cosas que habían ganado fama de buenas y serias.

Por ejemplo, el caso ahora chocante o frustrante de la firma encuestadora internacional Gallup, tenida como una de las más responsables y asertivas en las mediciones sobre el posicionamiento y posibilidades de triunfo de candidatos presidenciales y a otros cargos en diversos procesos electorales en el país y en el exterior.

En la versión local, el crédito y la confianza la inspiraban hasta ahora la seriedad de su represente, Rafael Acevedo, y el prestigio del Grupo Corripio, que le servía de plataforma para la publicación de los resultados de las muestras en sus respectivos medios.

Para muchos, era extraño que la firma retrasara por tanto tiempo la publicación de una nueva muestra, lo que finalmente acaba de hacer. Y antes de analizar si los datos ofrecidos son buenos, malos o algunos hay que cogerlos con pinzas, incautos y el gran público deben saber que la firma en cuestión –y con cuestionamientos– pasó a otras manos y que el Grupo Corripio se desligó de la misma y de los últimos resultados publicados.

Eso solo, y el cuestionamiento del propio Acevedo a un comentario-recomendación del redactor del informe sobre “el reto de los estrategas de campaña de cambiar la percepción de que el manejo de la economía favorece a los ricos”, pone en juego o en entre dicho el factor credibilidad de la firma y los números ofrecidos en su última entrega. Con mucha responsabilidad Acevedo, de quien no es el muerto, expresó que: “es primera vez en mi vida que veo que, en una encuesta, mía o ajena, se pone un comentario así; una encuesta no es para eso, eso no debió estar ahí”. Sin dudas, alguien habría querido capitalizar la fama ganada.

Pero, por la pifia advertida, el preocupado profesional y hombre de fe podría recomendar que se repita la muestra. Pero mientras se determina si en la toma de medida intervino un sastre y el dueño del traje, se extrae de los números presentados, dos detalles importantes y ya marcados por la percepción: que las opciones de poder para el 2024 están centradas en las figuras de Luis Abinader y de Leonel Fernández, en nadie más, y que el segundo, sin espacio a discusión, lidera la oposición política del pais. NOTA: Valentín con Luis y Karina con Leonel. Miguel haría de puente y, al paso de los días, veremos y hablaremos de apoyos y de un frente opositor.

Por LUIS ENCARNACION PIMENTEL
EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
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