“El financiamiento adecuado solo garantiza condiciones básicas operativas. Por ejemplo, buena infraestructura, insumos universalizados, buenos programas de alimentación, acceso a tecnología y sueldos competitivos- pero a pesar de esto, la causa final del sistema educativo -los aprendizajes- no se concreta con solo consolidar estas condiciones básicas iniciales. La calidad del personal humano docente y directivo es la que realmente permite dar el salto cualitativo real”, expresa el informe.
Indica que la sostenibilidad en el largo de plazo de estas mejoras en el financiamiento exigirán una seria de movimientos estratégicos desde el MINERD con miras a mejorar la calidad del gasto y del Gobierno Dominicano en conjunto.
“Visto en perspectiva amplia, la magnitud de las reformas propuestas y aun en etapa de desarrollo, nos están evidenciando en términos financieros que la asignación de la Ley del 1997 para el sector de Educación Preuniversitaria pudiese ser insuficiente. De no tomarse los correctivos; la historia financiera del sector nos ha demostrado que los estancamientos así como las caídas financieras revierten cualquier planificación estratégica con miras a crear valor en el mismo.
Agrega además que mantener de manera sostenido lo planeado indudablemente exigiría un movimiento fiscalista en lo inmediato (1 a 2 años), así como una reforma radical del gasto público en torno a la eficiencia y eficacia de la inversión global del Gobierno Dominicano.
Se multiplica gasto promedio
De acuerdo al estudio en República Dominicana, el gasto promedio en términos reales se multiplicó por 1.627 del 2004 al 2012, mientras que nuestro desempeño en las pruebas nacionales y otros sistemas de medición regional fue muy bajo.
“Si lo vemos en función de la inversión, en el 2004 se invertían 152 dólares corrientes en un estudiante de educación básica y se pasó a 506 dólares corrientes en 2011 (3.33 veces). Sin embargo, los resultados en las pruebas de aprendizaje del nivel para el mismo intervalo, no muestran símbolos de mejora sustantiva. Ya en 2014 este estudiante tiene un nivel de inversión de 1,267.99 dólares, es decir 8.34 veces más que en el 2004. Aun a esta fecha es un desafío pendiente el ralentizar los resultados académicos y de aprendizajes”, argumenta el director de Programación Financiera y Estudios Económicos del MINERD.
Afirma además que 40 años de investigación nos muestran la existencia de una correlación positiva entre los buenos resultados en los aprendizajes de la población estudiantil y el crecimiento económico sostenido. Por tanto, el financiamiento de nuestros sistemas educativos desde ya, debe estar enfocado al incremento sustantivo de los niveles de intelección y competencias de nuestros niños.
“Esta la única forma real como país de justificar y avalar racionalmente ante la sociedad los incrementos en los presupuestos nacionales enfocados al sector educación”, concluye.