La juventud de nuestro país enfrenta grandes desafíos que deben ser superados para poder lograr sus sueños, metas y objetivos. Es un reto ser joven en la sociedad que nos encontramos, ya que las oportunidades son pocas y para salir adelante, algo inmensamente difícil bajo nuestras condiciones.
Hoy muchos jóvenes se encuentran en la economía informal y otros se han estado dedicando a realizar actos que afectan la estabilidad de nuestra economía y la seguridad de los ciudadanos honestos.
El fenómeno ha hecho que jóvenes talentosos sin oportunidades vean hacia el exterior y terminen emigrando en busca de mejores perspectivas, ya que el gobierno actual no ha tomado medidas efectivas para reducir la tasa de desempleo que cada día va en crecimiento, y que se vislumbra será un grave problema a largo plazo y mediano plazo. Sus consecuencias terminarán notándose porque, tanto la actual generación como la venidera, tendrán que emprender un viaje más allá de las fronteras actuales.
No se están generando programas para atender las demandas de este sector, el cual debe ser tratado con prioridad, ser incluido en la agenda nacional y en los diferentes programas de gobierno.
Ahora bien, es importante saber que este tema es un poco difícil de trabajar en un sistema como el que estamos viviendo en la actualidad, ya que los jóvenes solo somos recordados cada cuatro años, para ser utilizado en las diferentes actividades políticas que se desarrollan, que aunque nos toman en cuenta en discursos políticos, en la práctica se vuelven bulto.
No hay que ser experto para visualizar el notorio abandono de este segmento de la sociedad, debido a que los hechos que han estado ocurriendo en las diferentes calles y avenidas de nuestro país son cometidos por jóvenes entre 18 y 30 años, los cuales salen a buscar la forma de sobrevivir y que son víctima del sistema.
Por tanto, abogo porque los jóvenes de principios y valores, nos unamos para crear nuestras propias oportunidades e impulsemos cambios verdaderos para bien nosotros los jóvenes y nuestra nación. En nosotros está la responsabilidad de enfrentar el sistema actual y sembrar semillas de esperanza que marcaran huellas y mejoraran las condiciones de vida de cada una de nuestras familias.