Los incentivos fiscales o tributarios que recibe el turismo en República Dominicana deben preservarse para las actividades que estén directamente relacionadas con ese sector, por lo que se requiere una revisión a los fines de evitar distorsiones que, en ocasiones, afectan la competitividad, en lugar de fortalecerla.
Así lo expresó Simón Suárez, expresidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), quien expresó que las revisiones de las estructuras de exenciones siempre son positivas, pero procurando no afectar las que han garantizado el éxito de sectores específicos, que mantienen buena tasa de retorno.
“Lo importante es tomar en cuenta la importancia de cada sector que va a ser beneficiado o afectado, y en qué medida”, dijo en también expresidente de la Asociación de Turismo del Caribe, al ser entrevistado en el programa El Despertador, que se transmite por Color Visión.
En torno a ciertas distorsiones o desvíos de incentivos que se registran en proyectos de inversión con los beneficios del Consejo de Fomento Turístico (Confotur), el empresario señaló que esos son de los aspectos que pueden ser revisados.
“Todos somos conscientes de que esas revisiones hay que hacerlas y de que ha habido excesos en la concesión de determinados incentivos”, dijo Suárez. “Pero lo que tenemos que ver es cuales son los fundamentos de la actividad turística y que esto se mantenga”, agregó.
No puede ser sectorial
En cuanto a la posibilidad de que los incentivos sean revisados con los fines de aplicarlos solo en zonas de potencial emergente, como Pedernales, Suárez recordó que República Dominicana no es un destino fraccionado, sino uno en su conjunto.
“Los incentivos no pueden ser sectoriales, porque no son zonas del país que compiten con otros destinos, es todo el país”, manifestó.
Puso como ejemplo el caso de Puerto Plata, que cuando se aprobó la ley vigente de turismo, fue excluida de los incentivos, porque se entendía que era un polo madurado, y finalmente terminó en un retroceso del cuál todavía no se ha recuperado. “No podemos pretender por la vía de incentivos fiscales desarrollar regiones una versus la otra”, añadió.
Con lo que sí está de acuerdo el actual vicepresidente de Relaciones Institucionales y Proyectos del Grupo Punta Cana es en que se deben corregir las debilidades intrínsecas de la economía que impiden o dificultan la competitividad del sector con sus competidores alrededor, es decir, en la región.
Por eso aboga por mantener los incentivos en la parte de hotelería en la actividad turística, ya que es un área que tiene la capacidad de multiplicar su riqueza exponencialmente, debido al efecto de encadenamiento con las demás actividades económicas que le ofrecen bienes y servicios.
Agregó que cada habitación hotelera genera 1.5 empleados. En ese sentido, si se toma en cuenta que actualmente hay alrededor de 86,000 habitaciones hoteleras, entonces la generación de empleos directos y formales de ese sector es de al menos 130,000 empleos.