Los partidos de oposición tienen que forjar ahora un poderoso «frente económico y social» y luego, a partir de mayo-junio, es que deben hablar de elecciones y candidaturas con miras a los desafiantes comicios del 2024.
Esta afirmación certera la hace Roberto Rosario Márquez en su doble condición de expresidente de la Junta Central Electoral (JCE) y notable dirigente de la Fuerza del Pueblo. Es uno de los expertos electorales más eminentes del expresidente Leonel Fernández.
Para él, la oposición tiene que concentrarse ahora mismo en aplicar métodos de lucha para exigirle al Gobierno que corrija la inflación, baje el costo de los alimentos, resuelva el problema del agua potable, frene la terrible delincuencia.
A partir de mayo-junio y ya con el proceso electoral en marcha, los opositores tendrán que ir fraguando alianzas electorales para enfrentar en las localidades al Gobierno, cuyo proselitismo va arropando al país.
Ese segundo frente estallaría con la misma espontaneidad con que desde ahora se están dando los tanteos de la oposición. Estos contactos producirán alianzas parciales en el 24. Primero lo económico-social y después lo político-electoral: comer es más urgente que votar.
Así, la oposición tiene que aliarse al pueblo para defenderlo ante «el más conservador de todos los gobiernos dominicanos». Porque, para Roberto Rosario, el Gobierno de Abinader representa a «la gran oligarquía» y no le importa la gente.
Entrevistado en El Nuevo Diario, afirmó que la Fuerza del Pueblo es un imán político que atrae a «mucha gente» que está saliendo del PLD, pues percibe que el partido morado no es competitivo en estos momentos. El partido leonelista se constituye así, en el gran padrastro de esos dirigentes en desbandada. La salvación está en la Fuerza.
Según él, la razón es que «la gente se va del partido donde no ve esperanza, que cree que va a perder» (el PLD) y se va al partido que cree que va a ganar (la Fuerza del Pueblo).
Un consejito para Valentín
El entrevistado le dio un consejito a Julio César Valentín. Dijo que este se debate en un dilema: irse a la Fuerza o irse al Gobierno. Dijo que si se va al Gobierno, «se hunde»: un liberal como él no puede aliarse a un ultraconservador como el PRM. Un decreto, la Cancillería, sería su perdición.
¿Qué hará el valiente Valentín?