Al extinto expresidente Joaquín Balaguer coloquialmente la población lo recuerda y menciona por su apellido paterno, a Juan Bosch por su primer nombre y apellido, a Antonio Guzmán y Jorge Blanco por igual, similar acontece con los expresidentes Hipólito Mejía y Danilo Medina; en cambio, a Leonel Fernández, comúnmente se le llama por su primer nombre y al actual presidente, Luis Abinader, por su primer apellido, por esa razón el título de esta opinión aparece el apellido paterno del presidente de la República y no su primer nombre.
En esa línea de nombres y apellidos, muy bien su orden pudo haber estado organizado de manera descendente, encabezado por el que ha aumentado más el saldo de la deuda del gobierno central; sin embargo, este examen quiso ponerlo en la secuencia de los mandatos presidenciales, como manera de conservar un mayor rigor cronológico, desprovisto de la intención de influir en el lector a primera vista o del que solo lee los títulos de los artículos de opinión de fondo o de las noticias servidas por los medios impresos y digitales.
Muy probablemente a muchos colegas les ha llegado como a mí la petición de que le explique acerca del tema de la deuda pública, tal vez a propósito de que en los medios de comunicación no especializado y hacedores de opinión, tienden a igualar el monto tomado prestado por un gobierno con el saldo de la deuda, por igual, la inclinación a manejar el indicador de la presión de la deuda como un equivalente al nivel del endeudamiento en términos absolutos y también, en ocasiones se hace referencia de manera equivalente a la deuda del gobierno central como deuda consolidada, pero resulta que los cuatros son aspectos distintos de los pasivos financieros que tiene el sector público.
En la primera precisión, cuando en economía hablamos sobre el monto tomado prestado por un gobierno, se refiere al endeudamiento contraído con los organismos multilaterales, gobiernos, banca, bonistas o todo aquel que sea acreedor. Los gobiernos utilizan parte de esa deuda para pagar compromisos previos de préstamos, por lo que, por un lado, al gobierno le ingresan divisas o pesos y por otro, erogan recursos financieros, resultando un saldo, que sumado con el balance de todos los pasivos anteriores pasa a ser el saldo de la deuda del sector público no financiero.
Respecto al segundo aspecto, el saldo de la deuda pública, equivale a decir lo que el gobierno debe, como deuda externa e interna y dependiendo del balance, el monto puede ser menor o mayor que el periodo de tiempo anterior con el que se compara, de manera que, para fines de esta opinión el examen que haré de su comportamiento es el del saldo de la deuda, por considerarlo el más representativo, porque refleja si el gobierno ha cumplido con sus obligaciones a tiempo y no se relaciona con otras variables que puedan distorsionar los análisis.
Con relación a la tercera consideración, el indicador de la presión de la deuda hace referencia al saldo de la deuda como proporción al tamaño de la economía, vale decir, el saldo de la deuda sobre el PIB. Este indicador, aunque utilizado en forma socorrida, puede resultar engañoso si no se aborda desde una perspectiva integral, en la que se tome nota, de cómo el PIB en dólares creció, que parte lo hizo basado en los sectores formales e informales del mercado de trabajo, si fue a partir de la apreciación del peso, o también, por el aumento de la inflación y, además, por el desempeño de la producción de bienes y servicios de la economía. De realizarse esas precisiones, el indicador es de gran utilidad para los análisis de fondo.
Como cuarto aspecto, los economistas distinguimos a la deuda del sector público no financiero, de la deuda pública consolidada. La primera, son todas las deudas que contrae el gobierno central, los organismos autónomos y descentralizados no financieros y la segunda, es aquella deuda que contraen las instituciones públicas monetarias financieras y el resto del sector público.
Ahora que conocemos con más detalles acerca del tema de la deuda pública, estamos en mejores condiciones para apreciar que al comparar la deuda que contrae una gestión presidencial, el indicador más propio es el del saldo de la deuda, habida cuenta, que las instituciones públicas monetarias financieras, se manejan en el buen sentido de la autonomía institucional, con cierta distancia de la agenda administrativa del Poder Ejecutivo, esto a pesar del pie de amigo que pueda darle un banco central al gobierno de turno en determinadas coyunturas.
Presidente y período | Aumento de deuda | Saldos | Saldo promedio mensual |
Saldo promedio anual |
---|---|---|---|---|
Leonel Fernández: 1996-2000 y 2004-2012 |
US$11,618 MM | US$3,807 MM a US$4,145 MM y US$7,420 MM a US$18,700 MM |
US$80.7 MM | US$968.2 MM |
Hipólito Mejia: 2000-2004 | US$3,275 MM | US$4,145 a 7,420 MM | US$68.3 MM | US$818.8 MM |
Danilo Medina: 2012-2020 | US$24,391 MM | US$18,700 a 43,091 MM | US$254.1 MM | US$3,049 MM |
Luis Abinader: 2020-2022 | US$9,173 MM | US$43,091 a 52,264 MM | US$327.6 MM | US$3,988 MM |
En la línea de examinar el saldo de la deuda sector público no financiero, que excluye a la deuda del Banco Central, del Banco Agrícola y de lo que era el Banco Nacional de la Vivienda, el histórico correspondiente a las gestiones gubernamentales de los presidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luis Abinader, pudimos encontrar, basado en los datos oficiales publicados por la Dirección General de Crédito Público, que cada uno de los gobiernos recibieron y dejaron al concluir sus mandatos presidenciales el saldo de la deuda como se aprecia en el cuadro.
Para responder a la pregunta que formula el título de esta opinión, identificamos que durante 12 años de gobierno del presidente Leonel Fernández, sus administraciones elevaron el saldo de la deuda pública no financiera en US$ 11,618 millones, la de Hipólito Mejía en 4 años en US$ 3,275 millones, la de Danilo Medina en 8 años en US$ 24,391 millones y la de Luis Abinader en 2 años y 4 meses en US$ 9,173 millones.
Visto así los referidos números, puede crear la ilusión de que el presidente que más ha endeudado al país es Danilo Medina; sin embargo, al examinar cada uno de los saldos de las deudas valorando los años de gestión gubernamental, el resultado es otro.
Al ponderar el saldo de la deuda considerando el tiempo que ha permanecido cada uno de ellos como presidente de la República, encontramos que el saldo promedio anual más alto es el de Luis Abinader con US$ 3,988 millones, seguido por el de Danilo Medina con US$ 3,049 millones.
Si la evaluación la hacemos basada en el promedio mensual, también el presidente de la República, Luis Abinader, encabeza el que mayor ha endeudado al país con US$ 327.6 millones y en segundo lugar Danilo Medina con US$ 254.1 millones.
De manera que, entre Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luis Abinader, el presidente que más ha endeudado a República Dominicana es Abinader y los que menos endeudaron al país son Hipólito Mejía y Leonel Fernández, a pesar de que este último fue el que más tiempo duró en la presidencia de la República y por consiguiente pudo haber comprometido más a la economía con un mayor monto de préstamos.