El progreso tecnológico y específicamente el digital está revolucionando industrias, mercados y sociedades. Hoy en día las tecnologías digitales se han convertido en instrumentos esenciales para diseñar, producir y comercializar bienes y servicios de diversas cadenas y sectores de la economía.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sugiere que la adopción de estas innovaciones en la agricultura está asociado al aumento en el valor agregado y ganancias de la productividad, lo que tiene impactos en los niveles de salario e ingresos.
Pero ¿en qué consiste? En los procesos de producción agrícola hay datos que se deben recopilar como ubicación, clima, comportamiento de cultivo, consumo y precios. Es aquí donde la digitalización juega su rol de captar, generar y gestionar información con el uso de dispositivos inteligentes. Estos datos sirven para interpretar el pasado y predecir el comportamiento futuro del sistema, con el fin de optimizar su funcionamiento para obtener mayor productividad, eficiencia y sostenibilidad.
El director del Programa Agricultura Familiar de Supérate, Arturo Bisonó, explica que la adopción de la tecnología en la agricultura dominicana puede disminuir costos y mejorar la calidad de los productos.
Explica que el mundo está apuntando ocupar y procesar grandes bases de datos de información que se obtienen de diferentes fuentes para mejorar los procesos de decisiones, tanto a nivel de los pequeños, medianos y grandes productores, inversionistas y los hacedores de políticas públicas.
El agrónomo sostiene que la innovación y la tecnología brindan oportunidades a jóvenes de otras áreas, ya que en el sector se necesitan programadores para desarrollar plataformas que utilizan lenguajes de programación.
El servidor público afirma en República Dominicana ya se han aplicado este tipo de tecnologías en cultivos que son de valor agregado para exportación como la caña de azúcar, el cacao y el aguacate. Con respecto a este último, dice se está trabajando en mapas de suelo para poder diseñar sistemas de riego automatizados. Sin embargo, entiende que todavía es mínimo el porcentaje de lo que se está haciendo.
Agrega que hace falta mayor financiamiento para que los agricultores puedan acceder a nuevas tecnologías y que los agrónomos adquieran nuevas capacidades. “Profesionalmente hace falta más investigación, o sea que haya líneas de investigación para poder validar tecnologías en el mundo agrícola”, expresa.
Plantea que las políticas públicas provengan de bases de datos de fuentes verídicas y que el procesamiento permita hacer mejores políticas gubernamentales. Por ejemplo, en el caso de inundaciones, a través de imágenes de radar se pueda detectar cuál fue el área total afectada en el país, saber cuáles y cuántos agricultores fueron afectados cuántas tareas fueron inundadas, y así poder brindar una respuesta rápida a las necesidades que tengan. Por lo que entiende hace falta generar conocimiento en el Estado o desde el Estado para aprovechar todas las herramientas que hay disponibles.
En ese sentido, sugiere se debe tener la versatilidad de poder convertir la ciencia y tecnología que se está gestando y traducirla para que el agricultor sea más eficiente en su modo de hacer las cosas. “Informaciones muy complejas se pueden convertir en decisiones simples”, expresa.
El informe: “Tecnologías digitales para un nuevo futuro” de la Cepal plantea que la revolución digital es una oportunidad para impulsar la productividad y la sofisticación del sector agrícola. Por ejemplo, la incorporación de sensores a las máquinas agrícolas convencionales, como los tractores, las pulverizadoras y las cosechadoras, permite transformarlas en redes de dispositivos inteligentes con monitores de rendimiento, piloto automático o sensores para la distribución de semillas y la pulverización.
Bisonó menciona que la agricultura es básica en el sentido de que se resume en tres o cuatro preguntas ¿cuándo? ¿dónde? y ¿por qué? es el momento oportuno que las plantas necesitan agua. En ese sentido, aclara que detrás de responder esas preguntas que, desde su perspectiva son muy simples, vienen todas las innovaciones como las imágenes satelitales, el “machine learning” o aprendizaje automatizado, la inteligencia artificial, los sensores de humedad, entre otros.
Expone que hace falta generar una base de información georreferencial de los agricultores con dato de todo el aparato productivo nacional y con esa información apoyar a los productores mejorando su toma de decisiones.
“Se está contemplando hacer el censo agropecuario tenemos la oportunidad de financiamiento para hacerlo, lo importante es darle prioridad”, comenta.
Adaptación
La Sobre el cambio climático afirma que, a pesar de que República Dominicana es uno de los países que más sufre sus efectos, se tienen las herramientas para combatirlo, gracias al acceso a la información y nuevas tecnologías. No obstante, cuestiona si se están ocupando todos los recursos para poder enfrentarlo.
“Esa pregunta es buena hacérsela a nivel país. ¿Estamos combatiendo la batalla del cambio climático ocupando todas las herramientas que tenemos disponibles? Yo creo que no, entiendo que nos está faltando poder entender qué está pasando en el mundo y que podemos utilizar para que el país sea menos afectado y sobre todo podamos adaptarnos”, expresa.