Los expresidentes Joaquín Balaguer, Juan Bosch, Salvador Jorge Blanco y Leonel Fernández, con sus estilos particulares, son ejemplos de una locuaz oratoria.
Castillo compite con un maestro de la oratoria, que es Leonel Fernández, y un economista que domina muy bien el lenguaje técnico de su área como Luis Abinader.
Otros mandatarios, como Danilo Medina, saben hablar y dominan el lenguaje político pero prefiere hablar poco. Mientras que el expresidente Hipólito Mejía habla mucho pero con un estilo coloquial y campechano.
Antonio Guzmán no tenía en la oratoria una de sus virtudes y también era de habla coloquial.
José Francisco Peña Gómez es catalogado como el más conmovedor líder de oratoria de masas del país.
El politólogo Rafael Toribio analiza que existe una orfandad de liderazgo, y un componente importante tiene que ver con la visión de Estado, pero son pocos los líderes con visión propositiva.
Toribio observa que en la actualidad hay un pugilato entre el candidato del gobierno y la oposición para ver «quién resuelve más con la pandemia o con llevar la funda de alimentos».
«En una situación como esta estamos necesitados de un liderazgo robusto en diferentes sectores de la sociedad, que tengan esa capacidad de comunicación, de orientación, de presentar soluciones y tener una visión de futuro, no solamente de cómo vamos a salir sino de cómo vamos a continuar», expresa.
Toribio comenta que echa de menos esa actitud, tanto en los líderes políticos como en los sociales, el empresariado y el sector económico.
«No hay voces que tengan esa comunicación, esa visión propositiva y orientadora y yo creo que eso es una deficiencia de las que estamos comprobando», enfatiza.
Explica que de un tiempo hacia acá ha ido mermando la oratoria en la política, pero afirmó que es un instrumento fundamental en la comunicación política.
«En estos momentos todo está condicionado al tema electoral y el ejercicio está más orientado a lo que es política y electoralmente rentable que dar cumplimiento a estos componentes del liderazgo», dijo.
El exrector de Intec valora que en términos de retórica Balaguer era «un poco trasnochado» pero hacía mucha referencia a los pensadores clásicos, mientras Leonel Fernández es un orador contemporáneo con visión de relaciones internacionales.
«Peña Gómez hay que decir que fue un gran orador con una capacidad de comunicación política con las masas, quizás nadie lo le puede superar, comparable quizás con Bosch», dice.
Para el experto, Bosch se caracterizó por una oratoria de orientación y educación en la democracia a la ciudadanía, como maestro de la política, y hacía llegar con un lenguaje sencillo temas complicados ante el dominicano promedio.