El gobierno del PRM-Abinader, en las últimas semanas, desató una agresiva ofensiva para tratar de crear las condiciones que le permitan imponer la reforma de la Constitución; en franco desafío a la oposición, lo cual es un peligro político porque, en reiteradas ocasiones, los principales líderes de los partidos de oposición han valorado como improcedente, inoportuno y provocador dicho propósito.
El supuesto blindaje de la independencia del Ministerio Público es la visible promoción de tal objetivo, mientras que, la unificación de las elecciones y rebajar el 50 + 1 a un 40 % para ganar la presidencia en la primera vuelta son los principales y ocultos objetivos de ese desaguisado proyecto.
Si para modificar la Constitución se requiere contar con la 2/3 parte, es decir, 148 de los votos presentes en la Asamblea Nacional Revisora de la Constitución que tiene un total de 222 miembros (190 diputados y 32 senadores), mientras que el PRM y partidos aliados solo llegan a 110 votos; entonces ¿de qué mágico sombrero sacarán los otros 38 votos mínimos que les faltan?
¿El gobierno del PRM-Abinader tratará de “hacer una compra masiva de legisladores de la oposición” para repetir la aciaga “hazaña” de don Hipólito, en el 2002? Actualmente, ¡imposible esa asqueante compraventa!
¿Serán los rumores de supuestas negociaciones que han surgido de las reuniones de don Hipólito con ciertos miembros del Comité Político del PLD la carta oculta para imponer la reforma de la Constitución? Por lo muy complicada y porque para el PLD será un perder, perder, ¡Descartamos esa despreciable opción!
¿Cuál será la verdadera razón para que el gobierno del PRM-Abinader siga insistiendo, “contra viento y marea” para imponer la reforma de la Constitución, si como se sabe, no cuenta con votos suficientes y la oposición (PLD, FP y PRD), importantes organizaciones de la sociedad civil y sectores de la opinión públican han reafirmado su firme oposición a ese proyecto?
Otra pregunta: ¿Por qué el gobierno del PRM-Abinader no importantiza y trabaja a favor de las reformas de las leyes electorales (números 33-18 y 15-19), que son imprescindibles para que el próximo proceso electoral resulte pacífico, equitativo, democrático y transparente?
¡Definitivamente, los números de las encuestas y las ambiciones reeleccionistas ciegan a los funcionarios del gobierno del PRM-Abinader!
Los oficialistas siguen improvisando y descuidando las graves consecuencias sociopolíticas que acarrea la creciente crisis económica, cuya principal evidencia es la desesperante inflación que, con dureza está golpeando a la mayoría de los dominicanos.
En consecuencia con este panorama, esta reflexión es una exhortación al gobierno del PRM-Abinader a asumir con entusiasmo el proceso para reformar las leyes electorales, a dedicar sus mejores esfuerzos a solucionar la agobiante crisis económica y, también para que abandonen el proyecto de reformar la constitución porque ahora resulta impertinente e imposible.
Persistir en dicho proyecto es un peligroso desafío a la oposición política, lo cual vaticina un rotundo fracaso para el gobierno del PRM-Abinader, y pondrá en jaque la paz social y gobernabilidad democrática de la R. Dominicana.
Juan Lopez
El autor es sociólogo. Reside en el municipio Santo Domingo Este.