En República Dominicana, con una población cercana a los 11 millones, la realidad financiera de la mayoría de los dominicanos se tiñe de sobrevivencia y vulnerabilidad. Un 82% de la población, equivalente a unos 8.7 millones de ciudadanos, se debate en un equilibrio precario.
Dentro de este grupo, el 41% enfrenta gastos que superan sus ingresos, un incremento del 4% desde el año 2021, según revela el II Estudio de Salud Financiera. Frente a este panorama desafiante, muchos recurren a fuentes de crédito informales, donde las tasas de interés escalan a alturas vertiginosas en comparación con la banca formal. En esta vorágine, se observa un fenómeno preocupante: la falta de evaluación de la capacidad real de pago.
Esta combinación, sumada a hábitos financieros deficientes o inexistentes, actúa como un freno al ahorro, dejando a muchos en un círculo vicioso donde cada peso parece destinado a desaparecer sin dejar rastro.
Los denominados “gastos hormiga” se erigen como los “saboteadores silenciosos” de la estabilidad económica. Esos pequeños desembolsos que pasan desapercibidos, camuflados entre los grandes egresos del mes. Sin embargo, su impacto puede dejar un “enorme agujero” en sus finanzas personales.
Tal es el caso de Luis Alberto, un joven emprendedor, que se vio atrapado en un torbellino de deudas debido a sus “gastos hormiga”. La aparentemente inofensiva compra de café matutino, salidas al cine y pequeños antojos resultaron en una carga financiera abrumadora. Cada botella de agua y suscripción innecesaria le restaron poder adquisitivo sin que él se diera cuenta.
¿Cómo combatir los gastos hormiga?
En tanto, Josefa Encarnación, jefa de hogar, luego de analizar esos gastos silenciosos hizo de la gestión eficiente del presupuesto una misión crucial. Empezó a identificar y recortar aquellos gastos superfluos y los convirtió en ahorro para otorgar mayor estabilidad financiera familiar. Por tanto, un paso crucial es entender que cada peso cuenta, y cada pequeño gesto puede marcar la diferencia entre la estabilidad y la precariedad económica.
Para combatir estos “gastos hormiga”, la planificación se erige como su mejor aliada. Establecer metas de ahorro claras y detalladas le ayudará a resistir la tentación de esos consumos innecesarios y recurrentes. Priorizar sus necesidades sobre los deseos momentáneos le permitirá trazar un camino financiero más sólido y sostenible en el tiempo.
El poder del “no”
En la gestión inteligente del dinero, saber decir “no” es una habilidad vital. Este “no” no solo se aplica a invitaciones y actividades, sino también a los gastos hormiga que pueden minar su estabilidad financiera. Es un “no” interno, que surge cuando el impulso de adquirir un artículo innecesario choca con la necesidad de destinar ese dinero a productos básicos.
El consumo responsable implica una planificación cuidadosa basada en prioridades, no en deseos fugaces. Cada decisión de gasto debe ser consciente y estratégica, permitiéndole cumplir con sus compromisos económicos y asegurando un futuro financiero sólido a través del ahorro, que posteriormente puede destinar a la inversión.
Camino hacia el ahorro
En el viaje hacia la meta de ahorro, la consistencia es la llave maestra. No se trata de comenzar con grandes sumas, sino de asignar un monto que cubra sus necesidades prioritarias.
Cada ingreso extra, por modesto que sea, es una oportunidad para aumentar gradualmente su fondo de ahorro. Como dice el refrán popular: “De grano en grano, la gallina se llena el buche”. Ya sea RD$200 o RD$1,000 al mes, cada peso cuenta.
Si su presupuesto se ve comprometido al final del mes, es hora de revisar su gestión financiera, incluyendo los gastos hormiga. La organización es esencial. Lleve un registro detallado de todos sus gastos, incluso aquellos pequeños pero frecuentes “gastos hormiga” que son innecesarios para liberar fondos que puedan destinarse al ahorro. Recuerde, el ahorro no solo consiste en guardar dinero; también radica en tomar decisiones inteligentes en sus compras.
Otros gastos peligrosos
Los gastos compulsivos son otros consumos que limitan su capacidad de ahorro. Comprar bienes o servicios que realmente no necesita solo porque estaban en oferta o a “buen precio”. Las compras por Internet suelen ser una tentación costosa para muchos.
De igual forma, el no pagar a tiempo se podría convertir en ancla que no le permite destinar una mayor cuota al ahorro. Recuerde que si no realiza a tiempo los pagos de sus tarjetas o de servicios, puede generar cobros adicionales por impuntualidad y hasta dañar su historial crediticio.
Elementos para considerar
Conciencia. Reconocer y registrar los gastos hormigas es el primer paso para eliminarlos.
Presupuesto. Le ayudará a planificar sus gastos, e incluso destinar un porcentaje a estos.
Prioridad. Diferenciar entre necesidad y deseo será básico para identificar esos gastos.
Hábito. Identifique una forma de sustituir esos gastos por otros más saludables para su bolsillo.
Planificación. Hacer una lista al momento de salir de compras le ayudará a elegir lo necesario.
Ahorro. Destine el dinero ahorrado de los gastos hormiga a un fondo de ahorro específico.