Agregó que a eso se le suma que muchas personas ciegas viven solas y tienen que salir a trabajar, porque a veces son quienes mantienen a su familia, “entonces alguien se acerca y no puede determinar si esa persona tiene o no mascarilla”.
“Se le hace un poco difícil protegerse, pero además estamos conscientes de que hay otros grupos dentro de la discapacidad que se ven más afectados, que son aquellos como los pacientes de diabetes que es una enfermedad que maltrata la mácula de los ojos de quienes la padecen, y son muchos más vulnerables frente a la pandemia del COVID-19”, detalló.
Indicó que otro problema que han confrontado las personas con discapacidad visual, niños, adolescentes y jóvenes, es lo relativo a su formación educativa virtual.
También deploró los obstáculos en materia de infraestructura que tienen las principales ciudades del país para la accesibilidad de personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Francina dijo además que son muy tímidos los ejecutivos del sector privado a la hora de dar mayor inclusión a personas con discapacidad en el mercado laboral.
La ingeniera Francina Hungría reveló que duró varias semanas sin dormir bien pensando en la joven Yocairi Amarante, quien ha quedado prácticamente ciega, con el rostro y gran parte de su cuerpo desfigurado como consecuencia de las quemaduras que le provocó el “ácido del diablo” que le lanzaron unos sujetos por orden de su expareja Willy Antonio Javier.
Entrevistada por Héctor Herrera Cabral en el programa D´Agenda, que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, Hungría, quien hace ocho años perdió la vista cuando unos atracadores le dispararon en la cara, dijo que sabe lo que siente Yocairi que es un dolor similar al de ella cuando sufrió dicha tragedia.