El PRM se enfrenta al reto del desgaste gubernamental y la falta de cohesión para 2028

El deterioro de la gestión del partido surgió temprano y la batalla por candidatura genera desconexión interna

El Partido Revolucionario Moderno (PRM), el que más poder ha acumulado en la etapa democrática, tiene muchos retos para retener el poder en 2028. Además del desgaste con que ha arrancado la segunda administración de Luis Abinader, las diversas agendas, falta de cohesión interna y una relación partido-gobierno que se observa no del todo armoniosa, son desafíos que no siempre los partidos logran administrar con éxito.

Adicionalmente, el hecho de que el presidente de la República salga del radar político de cara al 2028 tan temprano, no deja de ser un reto relevante para la organización, pues la historia política de nuestro país se ha escrito sobre la influencia de la figura presidencial.

La mayoría de los dirigentes del PRM coinciden en que el papel que juegue Abinader será determinante para definir en quién recaerá la boleta presidencial.

Sin embargo, de cara a mantener la unidad de la organización, para el gobernante es un asunto delicado inmiscuirse directamente en apoyar a uno de los aspirantes pues una acción de ese tipo pondría en juego la unidad partidaria. En el PRM parece un consenso que el presidente Abinader asuma la presidencia de la organización a partir de 2026 cuando toca la renovación interna.

En caso de que Abinader asuma la dirección de la organización de manera oficial, será aun más complicado para él apoyar directamente una de las candidaturas, porque además de líder de la organización, presidente de la República y del PRM, inclinaría la balanza hacia una de las figuras potables, pero en esa misma medida estaría creando las condiciones para dividir la organización, lo que afectaría el proyecto de retener el poder más allá de 2028.

Faltan menos de tres años para escoger las candidaturas a lo interno de los partidos políticos para las elecciones de 2028, pautadas para octubre de 2027, según el calendario que establece la Ley 33/18 de Partidos Políticos.

Pese a los lejos que parece esa cita, en el PRM los proyectos arrancaron desde antes de concluidas las votaciones del 19 de mayo pasado, incluida una reunión con el presidente Abinader de seis aspirantes presidenciales.

Al encuentro asistieron David Collado, Carolina Mejía, Eduardo (Yayo) Sanz Lovatón, Wellington Arnaud, Guido Gómez Mazara y Tony Peña Guaba. Según han revelado varios de los asistentes, se hizo un compromiso de no hacer público lo tratado en ese encuentro.

Aunque los proyectos más activos son el de Carolina, David y Yayo, otros como Gómez Mazara, que logró 5% en competencia contra Abinader en la pasada convención, han anunciado que continuarán con su proyecto presidencial en el momento oportuno.

El desborde de las candidaturas se puede medir por declaraciones como las de Peña Guaba, que recientemente, dijo que desde la década de los noventa el PRD hoy PRM, no presenta un candidato de tez oscura. “Desde los tiempos de mi padre, no ha habido un político 100% del partido aspirando y tampoco ha habido un candidato de color aspirando”, expuso según se ha difundido de una entrevista en la emisora Z-101.

Desgaste partido-gobierno

El desgaste del gobierno quedó evidenciado en los primeros tres meses con ruidos creados por la propia administración y el rechazo que generó el fracasado proyecto de “modernización fiscal”. A eso se unen los ruidos constantes por errores de distinta naturaleza especialmente de tipo legal.

Una evidencia de las contradicciones a lo interno de la administración es una medida como la circular del Ministerio de Administración Pública que exige a los empleados públicos probar el pago de servicios como agua y electricidad, decisión que luego fue subsanada por el presidente Abinader al informar que sería voluntaria.

El caso de La Vega es el que mejor retrata al PRM. Desde la improvisación para dar una salida a un problema generado por el propio partido de gobierno hasta los conflictos internos por el puesto, que controlan David Collado y Kelvin Cruz, son prueba de la profundidad del tema político de cara al 2028.

La propuesta de dejar sin efecto la renuncia de la vicealcaldesa Amparo Custodio, impulsada por Collado y Cruz, encontró poco respaldo a lo interno del PRM.

El diputado Agustín Burgos, que fue escogido por la Dirección Ejecutiva para ocupar la alcaldía de La Vega, renunció el pasado jueves a esa postulación

La selección del diputado también fue producto de otro pulso en la cúpula del PRM, entre los sectores de David Collado y Yayo Sanz Lovatón, pero este último se impuso.

De hecho, el plan original del PRM para resolver el impasse de La Vega era que el presidente Abinader designara al sustituto de Kelvin Cruz mediante decreto y bajo el amparo de la Ley de Municipios y del Distrito Nacional.

Pero las advertencias al gobernante de no dar ese paso llegaron desde los partidos políticos hasta la sociedad y de juristas tan calificados como el expresidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara.

Hasta el momento el PRM le ha sacado el cuerpo a realizar nuevas votaciones en La Vega. El caso ha unificado a la oposición y dividido al partido de gobierno. No se puede descartar que los sectores en pugna a lo interno del partido oficial en un escenario de nuevas elecciones, pierdan la plaza por autoboicot.

De cara al nuevo contexto que enfrenta el PRM tanto para el gobierno como el partido, no debe ignorar el hecho de tanto la victoria electoral de 2020 como la de este año, se produjeron en un contexto de alta abstención. En el nivel presidencial superó el 45%, la más alta en la historia democrática desde 1978.

Hasta el momento, no hay ningún estudio que explique la razón de por qué tantas personas se ausentaron de las urnas en las últimas dos elecciones, pero aunque el tema debe preocupar a todo el sistema político, el gobierno y el PRM deben prestar atención especial porque necesitan legitimidad y apoyo popular para impulsar la agenda de gobierno.

El presidente Luis Abinader podría asumir la presidencia del PRM a partir de 2026.
El partido no ayuda al Gobierno cuando necesita

El recién fracasado proyecto de reforma fiscal puso en evidencia que no muchos dirigentes del PRM están en disposición de asumir los temas que son difíciles para la administración de Abinader. El proyecto de modernización fiscal quedó prácticamente huérfano, con algunas excepciones, la iniciativa encontró pocos defensores en el partido de gobierno. El presidente del PRM y ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, y la secretaria general y alcaldesa del Distrito, Carolina Mejía, reaccionaron en apoyo a la decisión del gobernante de retirar la pieza del Congreso, pero hicieron poco por defenderla. Lo propio hicieron otros dirigentes del PRM que ocupan ministerios y direcciones generales en la administración pública.

Eddy Olivares
La oposición ha convertido un tema local de La Vega, en nacional como si se tratase de una profunda crisis institucional”

Por decreto
La sustitución debió producirse mediante decreto del presidente de uno de los integrantes que presente el partido que ganó la plaza”