Con la elección de la candidatura presidencial, de manera natural, el liderazgo de Danilo Medina en el PLD comenzará a disminuir, pero cuánto se reduzca está condicionado a la capacidad y visión política que tenga quien finalmente encabece la boleta morada para el 2024.
El proceso político del 2020 coronó la reconfiguración del sistema de partidos que había iniciado en 2016, cuando el histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD) quedó fuera de la competencia y fue reemplazado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), y, cuatro años más tarde, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se dividió y nació la Fuerza del Pueblo (FP).
El PLD, el partido más exitoso electoralmente en los últimos 30 años, tiene al expresidente Medina y presidente de la organización como el principal líder. Mientras Leonel Fernández estuvo en ese partido, él y Medina fueron los únicos líderes electorales y con estructuras.
Actualmente, el partido morado, objetivamente, atraviesa por una transición de su liderazgo, básicamente porque Danilo Medina, su presidente y líder actual, no puede volver a presentarse como candidato presidencial, a menos que se produzca una reforma a la Constitución que cambie esa realidad.
En casi medio siglo de historia, es la segunda vez que el PLD vive el proceso de transición del liderazgo. El primero ocurrió a partir del 1994, con la salida de escena del fundador y líder de la organización, el profesor Juan Bosch.
Esa primera metamorfosis, el PLD la hizo con gran éxito, pues además de gobernar por cinco periodos, cuatro consecutivos, se mantuvo unido. Su líder más destacada en esos 25 años fue Leonel Fernández y luego Danilo Medina. El enfrentamiento entre ambos llevó a la división de la organización y a la precaria posición electoral que tiene ahora.
¿Quiénes podrían finalmente quedarse con el liderazgo del PLD?
En la experiencia política dominicana, el candidato presidencial termina empoderándose de las estructuras internas. Pasó con Miguel Vargas en el PRD hasta que Hipólito Mejía volvió a ser candidato presidencial producto de una reforma constitucional. También ocurrió con Luis Abinader, en el PRM, que le ganó dos veces la batalla por la candidatura a Mejía y se convirtió en el liderazgo dominante en el hoy partido de gobierno.
En el caso del PLD, habría que ver quien finalmente se queda con las estructuras partidarias a partir de octubre, cuando se decidirá la candidatura presidencial de ese partido. A partir de ese momento podría surgir un liderazgo con una estructura que empiece a competir o desplazar a Medina.
En lo inmediato, Abel Martínez, Francisco Domínguez Brito y Margarita Cedeño lucen con la mayor posibilidad de encabezar la boleta en el 2024, y si se quedan o no con el liderazgo y la estructura del PLD, dependerá de sus garras políticas. Un ejemplo de que no siempre quien encabeza la boleta tiene condiciones políticas para retener las estructuras, es Gonzalo Castillo, excandidato presidencial del PLD en el 2020.
Castillo renunció a buscar de nuevo la nominación de su partido e incluso, luce apartado de las actividades y habría tomado una licencia en el Comité Político.
En el PLD además de los tres principales aspirantes a encabezar la boleta en los próximos comicios, hay otras figuras como el secretario general, Charlie Mariotti, y habría que ver si con el paso del tiempo saca cabeza, pero depende de cómo quede el PLD en las elecciones del 2024, gane o pierda esos comicios.
De los aspirantes con mayor posibilidad en el PLD, Abel Martínez afirma que tiene la mayor estructura, con la mayoría de dirigentes medios, alcaldes, diputados, directores de distritos, regidores y miembros del Comité Central. Según publicaciones del propio Martínez, Domínguez tiene mayor configuración que Cedeño, que luce más débil en ese punto.
La exvicepresidenta tiene la ventaja que siempre ha tenido mayor simpatía en las encuestas y si logra la nominación con el apoyo de parte de la estructura del PLD tendrá gran ventaja frente a sus competidores internos logre o no la banda presidencial en el 2024.
Abel Martínez tiene un proyecto en ascenso a pesar que su nombre no era citado entre los presidenciables hasta el 2020.
Candidato nuevo en cada elección ha sido fracaso
Aunque hay quienes critican que los partidos políticos repitan caras en la boleta, en la historia política dominicana lo contrario ha fracasado. Como muestra un solo botón, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Tras la salida del escenario de su líder histórico y único candidato presidencial hasta el 1996, Joaquín Balaguer, ese partido fue de fracaso en fracaso en cada proceso electoral. Desde el 1996 al 2008, en cuatro elecciones, presentó un candidato distinto. En 1996, cuando Balaguer no fue candidato por primera vez, postuló a Jacinto Peynado y quedó en tercer lugar. En las elecciones del 2000 volvió a postular a su líder ya con 92 años y quedó en tercer lugar, pero mejor posicionado, alcanzó 24% y en el 1996, 15%. Para las presidenciales del 2004, presentó a Eduardo Estrella y bajó a un lejano tercer lugar con apenas 8%. En el 2008, la candidatura la encarnó a Amable Aristy Castro y apenas alcanzó un 4% de las votaciones. El PLD creció postulando solo a Bosch hasta el 1994 y luego ganó y retuvo el poder con Fernández.