El costo diario de los inmigrantes acogidos en la ciudad de Nueva York se ha incrementado hasta 394 dólares por persona en octubre, más de US$30 respecto a la cifra ofrecida en enero por la Alcaldía, que se pregunta por qué no se están logrando optimizar esa inversión pese a su despliegue de servicios.
La presidenta del Consejo de la ciudad (legislativo), Adrienne Adams, divulgó el costo actualizado a 10 de octubre en una audiencia de los comités de Finanzas, Bienestar General y Supervisión sobre el esfuerzo de acogida de los inmigrantes -a los que la ciudad llama siempre solicitantes de asilo-, que han llegado por miles en el último año y medio.
Desde la primavera de 2022, cuando empezó la crisis de inmigración, más de 130.600 inmigrantes han llegado a la ciudad, la mayoría latinoamericanos, y de ellos más de 64.000 están bajo cuidado de la ciudad, lo que incluye alojamiento, comidas diarias, servicios médicos y escolarización para más de 20,000 niños.
Adams expresó preocupación por el aumento “incomprensible” del costo diario individual de la acogida desde US$363 en enero hasta los 394 de octubre, y dijo que cabe preguntarse “sobre la eficiencia” del gasto público y analizar si se están abordando problemas como la duplicación de servicios entre agencias y contratistas.
“Hay cuestiones importantes sobre si es efectivo o rentable seguir confiando en contratistas privados de emergencia para estas responsabilidades, o si se puede dar ciertos servicios a organizaciones sin ánimo de lucro con una misión que ya han estado haciendo el trabajo y están dedicadas al éxito de largo plazo de nuestras comunidades y aquellos a quienes sirven”, agregó.
Según el medio local Gothamist, funcionarios de la Alcaldía atribuyeron el aumento del costo citado al aumento de los costos de los hoteles y los refugios que alojan a los inmigrantes; hay unos 210 puntos habilitados como albergues, incluidos varios hoteles, y 17 centros de ayuda humanitaria.
También se señaló la persistente llegada de inmigrantes pese a los esfuerzos disuasorios de la administración, con el reparto de octavillas en Nueva York y en la frontera con Texas, e incluso con un reciente viaje del alcalde Eric Adams a varios países latinoamericanos para decir a la población in situ que la ciudad está al límite.
El pasado 20 de septiembre La Casa Blanca anunció una ampliación de 18 meses en el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos -el mayor grupo de inmigrantes a Nueva York- lo que les permite vivir y trabajar en este país sin temor a la deportación.
La ciudad de Nueva York estima que esta extensión del TPS podría beneficiar a más de 15,000 venezolanos, que podrían encontrar trabajos en el plazo de un mes.
Según trascendió en audiencias públicas de la legislatura municipal la semana pasada, solo unos 2,100 inmigrantes en acogida en la ciudad han solicitado permisos de trabajo, de ellos unos 300 venezolanos.
Nueva York estima que gastará unos US$4,700 millones en servicios a los solicitantes de asilo en el ejercicio 2023, que comenzó en junio, y proyecta que el próximo ejercicio la partida se elevará hasta 6,100 millones.