David Collado se despide del gobierno del Distrito Nacional, de la Ciudad Primada de América, en tiempo de pandemia. Ese recorrido de entrega de mascarillas, guantes e información por los barrios marginados del Distrito parece un tour de despedida. Una despedida contradictoria. Triste por la situación, satisfactoria por el índice de aceptación que le dan sus números y el cariño de los munícipes.
Una transición complicada también para su sucesora, Carolina Mejía, que se encuentra con todos los departamentos recaudatorios municipales cerrados. La buena sintonía entre uno y otra ha facilitado las cosas y Mejía se ha integrado al equipo de Collado en estas semanas de adiós.
—Usted renunció a la reelección a la Alcaldía con un 80% de aceptación. ¿Es este un adiós a la política?
Es una decisión que hoy debo decir no ha sido fácil. Evaluando los niveles de popularidad, que al día de hoy andan en un 93%, evaluando el comportamiento de los políticos durante años, que normalmente no se suelta una posición hasta tener otra. Me puse a pensar; si me quedaba en la alcaldía porque quería subir más y este no era el momento, y si el que llega dura ocho años, cuando viene a ver llega a doce años, “taponando” a una generación, a otros que pueden venir con nuevas ideas y yo creo en el relevo. Creo en el fortalecimiento de las instituciones, creo firmemente en que di todo lo que tenía dentro de mí a la ciudad de Santo Domingo. Me rodeé de un equipo de jóvenes más preparados que yo, en diferentes áreas, y esa fue la clave del éxito en nuestra administración. La verdad es que no he pensado ni un minuto qué voy a hacer políticamente luego de este viernes porque me he concentrado hasta el último día en darle todo lo que tengo y todo lo que pueda hacer a la ciudad.
—¿Quería la candidatura a la vicepresidencia por el PRM?
Yo debo decir, y se lo digo en esta entrevista que no lo he dicho antes. Yo recibí ofertas para la presidencia de todos los partidos políticos. Sin embargo, no me reuní con ninguno. Solo me reuní con el candidato de mi partido. Yo debo decir, que me ofrecieron candidaturas presidenciales, de varios partidos, tradicionales y emergentes, pero no sostuve ninguna reunión. ¿Por qué? Porque estaba dispuesto a sacrificar todo por salir con un gobierno de ciudad perfecto y los intereses que iba a pisar podían poner en riesgo la estabilidad de la ciudad. Yo me tomé en serio el ser alcalde de la ciudad. Yo no tomé la ciudad como plataforma para brincar a otra posición.
—En el momento que usted tomaba esa decisión tenía ese 75% u 80% de aceptación y su partido iba en carrera directa a la presidencia. Hubiera sido un equipo gobierno de la capital y gobierno central del mismo partido. ¿Eso no lo hizo dudar?
No, yo estaba convencido de que tenía que hacer equipo no importa de quién fuera el gobierno, porque es que cuando estás en la posición tienes que entender que eres el alcalde de todos los ciudadanos y no de un partido. Aunque eso me trajo consecuencias, los resultados fueron más grandes que las consecuencias. No me arrepiento de nada, yo creo que todo pasa por algo en la vida. Estoy preparado para irme, me voy, pero me voy lleno de dignidad. Siempre puse como prioridad poder ver a mi hija a los ojos y decirle que pude hacerlo con honestidad, transparencia y honradez, y eso lo cumplo. ¿Qué más que eso? ¿Qué más que el cariño de la gente? ¿Que saber que no me robé un centavo? Que me entregué hasta el último día, que caminé todos los callejones de esta ciudad. No resolví todos los problemas de la ciudad, es imposible, el que lo resuelva en 3 años y 8 meses tendría que ser un mago, pero sí le di el frente a todos los problemas de esta ciudad y sobre todo le devolví la esperanza a Santo Domingo de volver a soñar.
—Se le tachaba de ser “el alcalde de los riquitos” ¿Consiguió cambiar esa percepción?
Sí, trabajando, con la realidad. No hay nada más fuerte que la realidad, la verdad, acompañada del trabajo. Desde que asumí el cargo, preparé una agenda en mis primeros cien días de trabajo. De trabajar todos los días, los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos. Y la idea era llenar las expectativas con un joven de cuarenta años que había ganado de manera sorpresiva la capital del país. Luego de esos cien días dije: “continuaré el año” y luego del año, el segundo año.
—Al principio… ¿le gustaba el cargo?
Al inicio… tuve inquietudes y debo admitirlo, yo creo que parte de ser diferente en la política es decir la verdad. A los candidatos, a los alcaldes, a los funcionarios, los asesores siempre quieren presentarnos como algo perfecto. No lo somos. Cuando entré a la sala capitular el 16 de agosto del año 2016, acompañado de mi hija y de mis padres, entré con muchas dudas e inquietudes. Que si yo iba a poder manejar la sala capitular, que si yo iba a poder manejar todos los problemas que tiene esta ciudad. Con 75 millones de dólares. Para ponerle un ejemplo. La ciudad de San Juan, Puerto Rico, tiene un presupuesto de mil millones de dólares. La ciudad de Guayaquil tiene un presupuesto de mil cien millones de dólares. Y yo tenía que asumir un presupuesto de 75 millones de dólares, para resolver problemas de cuarenta años y una gran expectativa, y de la única manera que podía asumir eso era tirándome a la calle. Tuve dudas en inicio. Muchos momentos pensé, ¿cómo me metí en esto? Pero hoy le digo y puedo decirlo públicamente, que aprendí a amar a la ciudad, de la misma manera que aprendí a amar a la gente.
—¿Cómo le afectó en su plan de proyecto en la ciudad la escasa autonomía que tienen los ayuntamientos?
Esos son de los grandes retos que tiene el país, la descentralización de los poderes del Estado. Creer en asignarles los fondos que dice la ley a los gobiernos de ciudades. Si vemos, en Colombia, en Medellín, Bogotá, las ciudades tienen un verdadero gobierno de ciudad. Tienen la policía a su mando, tienen temas educativos, y realmente, pueden coordinar un gobierno de ciudad. Nosotros hicimos, dentro de lo posible, un gobierno de ciudad, pero lo hicimos con humildad. Tocando puertas. Entendiendo que con la realidad que tiene nuestra ciudad y nuestro país, tenía que trabajar de las manos del poder ejecutivo.
—Un poder ejecutivo de otro partido…
Si las leyes, la constitución de aquí no le dan a los gobiernos de ciudad la fuerza que le tienen que dar, yo salía a comentar e interactuar con ellos, y trabajé con el ministro de Cultura, Eduardo Selman, con el Ministerio de Educación, con la Policía, con la DNCD, trabajamos con todas las instituciones, para darle forma a un gobierno de ciudad.
Sobre todo activamos un protocolo de un plan de emergencia de la ciudad, no hubo una sola tormenta, una sola emergencia que tuviera la ciudad de Santo Domingo que nosotros no la hayamos enfrentado como debe de ser, con un protocolo coordinado con todas las instituciones, de la ciudad de Santo Domingo, con la CAASD, con EDESUR, con las telefónicas, con todos. Ya simplemente se avisaba una nueva tormenta y se activaba un protocolo, nosotros quisimos demostrar que la ciudad tiene la oportunidad y merece más de lo que tenía.
—¿Cómo fue su relación con el Presidente del Gobierno?
Muy buena, yo tengo la madurez, gracias a Dios, de entender que yo era el alcalde de la capital de este país y que estaba obligado a trabajar con el gobierno central y que tenía que estar a la altura de las circunstancias. Yo no podía administrar bien la ciudad si no tenía una relación cordial con el Presidente de la República y con los funcionarios, pero además es mi estilo como persona y como político. Para mí, las relaciones personales son primarias, para mí podemos tener diferencia de ideas y de criterios, pero nunca llegar a lo personal.
—Me atrevo a decir que la espinita que se le ha quedado es el plan en la Zona Colonial, que le ha dado muchos disgustos… ¿Qué pronóstico tiene?
Eso va y va fuertemente, porque por encima de los intereses de la alcaldía y partidarios puse los intereses de la ciudad. La ciudad necesita un turismo fuerte, la ciudad necesita la fortaleza con la que viene creciendo la ciudad colonial y eso no se puede detener. Es por esto que llegamos a los acuerdos con los ministros de Cultura, Hacienda y Turismo. Pese a que en algunos puntos no se hicieron las cosas como se tenían que hacer estatutariamente en el Consejo que se armó. Pero la ciudad está por encima de mí. Yo soy un alcalde de paso que ya me voy. De hecho, tomé la decisión de no repetir, teniendo hasta un 70% de intención de voto, pero siempre dije que estaba en disposición de irme para mi casa si las consecuencias de tomar medidas en las que yo creía pensaban que iban en beneficio de la ciudad, me traían eso como consecuencia.
Ciudad Colonial se apagó por el Covid 19 y pronto volverá a sonreír, dejamos esos préstamos aprobados en el Congreso. Ese préstamo va a continuar y la alcaldesa electa, entre los puntos que hemos hablado en la transición, dijo que ella le va a dar prioridad a ese tema, también de que se acabe de ejecutar. Lo que logramos fue que los técnicos urbanistas de la ciudad se queden trabajando en la parte del diseño de esta segunda etapa, que Turismo haga la ejecución y que Cultura lleve cultura. Ya está hecho un consenso y ya se aprobó en el Congreso, ya ellos tienen el presupuesto. Para inicio de año 2021 ya entiendo que no habrá ningún problema, ahora están en toda la parte técnica, en todos los papeleos. Ya eso es un hecho porque hay consenso.
—Hay puntos que parecen sin solución como la avenida Duarte con París. ¿Eso no se va a lograr nunca?
¡Sí! En la desarrabalización tenemos logros que podemos presentar, como son Ave. Máximo Gómez con Ovando, que estaba totalmente arrabalizada y hoy no lo está. La Zona Universitaria, que este medio hizo un reportaje, totalmente arrabalizada y ya no lo está. El entorno de la Ave. Duarte, este mismo medio lo sacó en portada, desarrabalizamos todo el entorno que estaba por los lados de la funeraria de La Zurza, inclusive, ahí esta en un 95% listo para inaugurar casi, lo que era totalmente un arrabal, hoy es un parque, con internet, luces LED, áreas verdes, frente a la funeraria de La Zurza. Estas son, sin desviarme del tema, de las frustraciones que tengo.
Nunca pensé que iba a ser mi transición, nunca pensé que iba a entregar la ciudad de esta manera y en estos momentos que vive la ciudad y esto me llena de tristeza, pero para volver al tema y luego podemos abundar de mi salida, la Ave. Duarte con París, está lista para iniciar. La gran noticia que tengo para acá, y en exclusiva, que, como la Ave. Duarte con París, el primer tramo ya yo lo tenía todo visto con el sector privado. Ya las casetas se mandaron a hacer, ya el levantamiento de iniciar la construcción, el primer picazo se iba a dar cuando inició la pandemia, y tuvimos que parar, y lo iba a tener listo antes de este viernes. El plan era 45 días, la primera etapa para entregarlo como un plan piloto como lo hicimos con el malecón. La primicia es que lo voy a hacer sin ser alcalde. Voy a hacer la Ave. Duarte con París, mi palabra no se va a quedar en el aire.
—¿Cómo lo va a hacer?
Con los mismo fondos privados y coordinación con la nueva alcaldesa, con una fundación. Nosotros vamos a seguir ejecutando, vamos a terminar la Ave. Duarte con París, con fondos totalmente privados, con un equipo de empresarios locales, que me dijeron que querían ser parte de que ya se acabe el tema de la Ave. Duarte con París, y en 45 días, desde que se normalice la situación que se pueda trabajar en el tema de la construcción, con este tema de la pandemia. Nosotros en 45 días vamos a entregar la avenida Duarte con París y ya lo hablamos con la alcaldesa y le dije que mediante, la fundación en la que voy a trabajar sin fines de lucro, le entregaré la avenida Duarte con París y ella solo tendrá que ir a recibirla. Ella está totalmente de acuerdo porque la Alcaldía tiene los fondos.
—Cuando usted entró, se puso de acuerdo con el PNUD para la transparencia. ¿Necesitamos aún vigilantes?
Nosotros firmamos el acuerdo con el programa de las Naciones Unidas. Actualmente este programa nos tiene como ejemplo para toda Centroamérica, para toda la región como gobierno de ciudad transparente e incluyente, y nos tiene como un modelo con la nueva plataforma. Hemos llevado como bandera la transparencia en nuestra administración y puedo decirle que no existe ningún empresario ni dueño de compañía de recolección de basura que pueda decir que ni siquiera cerca tuvo una reunión con el alcalde de la ciudad que no sea en público o en operativos, ni mucho menos, que habló de ningún tema conmigo. Ese fue el compromiso.
—¿Esa transparencia nunca se habría logrado sin PNUD presente?
Yo creo que nuestro país necesita el fortalecimiento de las instituciones, se acaba de ver reflejado. Se suspendieron unas elecciones y ¿a quién buscamos? A la OEA. Entonces… nadie creía en los actores del país. Lamentablemente, ese hecho fue un quiebre institucional y de la democracia, que todos quisiéramos que fuera una pesadilla y no una realidad como sucedió. Tenía razón cuando llamé al PNUD. Yo no esperé a una crisis para traer un organismo internacional, yo lo traje antes, porque yo quería estar tranquilo con todas mis acciones y que la gente sepa que aquí no hay nada que esconder, pero sobre todo yo quería ir fortaleciendo la institucionalidad del Ayuntamiento. Porque esto es un acompañamiento para ir fortaleciendo en este tiempo, y luego el PNUD sale, pero dejamos una institución fuerte.
—¿Cómo logró que el Consejo de Regidores, le diera tanto reconocimiento?
Con la verdad. Cuando ellos ven que un alcalde corta un contrato de 6 millones de pesos del barril de la ciudad y lo lleva a 3 millones, cuando ellos ven que esa compañía tenía ya del presupuesto nacional, asignado 50 millones de una deuda de 80 millones, yo dije que no iba a pagar.
Me senté con el dueño de la compañía y le dije que la deuda es cero y el contrato son 3 millones, y llegó ese contrato a la Sala Capitular. Cuando ellos veían que el cobro de la ciudad por recogida de basura era de 38 millones de pesos, y la compañía que hacía el cobro cobraba 16 y solo le entregaba 22 a la ciudad durante más de 10 años, y yo sin hacer una bulla mediática, elimino ese contrato con abogados como Marisol Vicens, de manera honorífica, la ciudad está cobrando 68 millones de pesos, el doble, y no le da un centavo a nadie. Le ahorré, desde que tomé esa decisión, 800 millones a la ciudad. Presenté al consejo de regidores que mi administración le ahorró a la ciudad de manera directa 27 millones de dólares, que son más de mil millones de pesos, pero esas decisiones van a repercutir en los próximos 4 años en 28 millones de dólares de ahorro para la ciudad de Santo Domingo. 57 millones de dólares, la decisión fue de un equipo de jóvenes que tuvieron la valentía de tomarla.
—¿Cuál es el rincón preferido de la ciudad?
Me encanta Montesino. Pero si le digo un rincón en específico le mentiría, porque la verdad es que me siento vivo y alegre cuando estoy en las calles y callejones de la ciudad, en contacto con la gente
—¿Qué consejo le daría a Carolina?
Que no pierda el contacto con la gente y que no se crea nunca que es “La alcaldesa”. Que se vea como una gerente de la ciudad, y que esto es una posición de paso.
—¿Le cuesta irse?
Hay nostalgia, no le puedo decir que no. Pero son días difíciles para todos.