BUENOS AIRES.- La exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), candidata ahora a la Vicepresidencia por el peronista Frente de Todos, regresó este jueves a Buenos Aires tras permanecer casi dos semanas en Cuba, país en el que su hija Florencia recibe tratamiento médico, confirmaron a Efe fuentes de su formación política.
Con su retorno al país, la también senadora prepara ya sus próximas actividades de campaña de cara a los comicios del 27 de octubre, a las que su lista electoral, encabezada por su exjefe de Gabinete Alberto Fernández, llega como clara favorita según todas las encuestas.
Aunque la fecha inicial de su regreso del viaje -el sexto que realiza a ese país en lo va de año- era el 7 de octubre, la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) pidió a los tribunales que la investigan por presunta corrupción extender su permanencia en La Habana unos días más para acompañar a su hija.
El próximo lunes, la expresidenta encabezará una nueva presentación de su libro autobiográfico “Sinceramente” en la localidad sureña de El Calafate, en la provincia de Santa Cruz -de la que Kirchner fue gobernador entre 1991 y 2003-, que en alguna ocasión ella ha denominado su “lugar en el mundo” y donde reside a temporadas en una casa de su propiedad.
Asimismo, el día 17 Cristina participará junto a Fernández en un acto en la provincia de La Pampa (centro) por el Día de la Lealtad Peronista, confirmaron las fuentes.
Florencia Kirchner está siendo tratada desde febrero en el Centro de Investigaciones Médicas Quirúrgicas (CIMEQ) de la capital cubana por un “trastorno de estrés postraumático” y dolencias secundarias como un síndrome purpúrico y un linfedema en las piernas.
La hija de los Kirchner había viajado a la isla para realizar un curso para guionistas de cine, pero tras el vuelo su estado de salud se habría deteriorado sensiblemente y al momento de evaluarla le prohibieron viajar en avión, y por lo tanto no pudo volver a su país.
Fernández asegura que Florencia sufre problemas de salud provocados por la “persecución feroz” a la que afirma la somete la Justicia, que las acusa a ambas de presunto lavado de activos y asociación ilícita, por las operaciones que empresas de la familia Kirchner realizaron con adjudicatarios de obra pública durante su Gobierno.