A pocos días de la indisputable elección de Luis Abinader como nuevo presidente de la República, con más del 52% de los votos, su afán, tan trabajoso como la campaña es conformar un Gabinete, las direcciones y superintendentes en un ambiente de triunfalismo en el cual todos reclaman un buen puesto.
Abinader comenzó la semana como era protocolarmente adecuado, con la visita al presidente Medina, por invitación del gobernante para saludarse y revisar brevemente los acuciantes problemas del país que ha visto crecer sin aplanarse la epidemia del coronavirus y estreñirse la economía.
La vicepresidenta Margarita Cedeño hizo lo propio con la vicepresidenta electa, Raquel Peña, de quien se rumora que será designada junto al Gabinete el próximo 16 de agosto, como ministra de educación, algo que tuvo el precedente de Milagros Ortiz, por decreto del entonces presidente Mejía.
Ahora que ha ganado su elevado cargo, el presidente electo verá quiénes en su entorno estaban luchando por ese triunfo para ganar una buena posición en uno de los puestos del Gabinete, las superintendencias, las direcciones y otros cargos bien rentados que puedan calmar la sed de dinero.
El doctor Balaguer dijo una vez que podría reconocer las intenciones de los partidarios que aspiraban puestos en su primer gobierno de 12 años, por lo que le solicitaban. En esa época eran emporios el CEA, más tarde INESPRE y CORDE, La Lotería, la Cementera y el Consulado de Nueva York, los más apetecidos.
Esa costumbre se ha extendido por los siglos y ha echado raíces con supuestas razones porque casi nadie quiere ir a puestos de servicio público si no a portafolios cargados de propuestas que derivan en negocios suculentos y que permiten un enriquecimiento rápido e inconsecuente.
Los funcionarios que entrarán nuevos al gobierno a inaugurarse el próximo 16, salvo excepciones, estarían tentados a disfrutar del poder, aceptar los beneficios y privilegios que los puestos confieren y a colocar familiares y amistades, así como a los “compañeros” que lucharon.
Después de tres lustros corridos fuera del poder los acompañantes de Abinader, del Partido Revolucionario Moderno, PRM, que antes era el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, llegarán con ansias de poder y riqueza, sobre todo cuando no ha habido mayor consecuencia para la corrupción.
El aviso en campaña electoral hecho por el entonces candidato Abinader de que designaría un Procurador General independiente, ya está teniendo variadas interpretaciones de quienes buscan desde ya “curarse en salud”, aunque el país podría estar cerca de la quiebra económica y de sanitaria.
Pesada Carga
Abinader recibirá una pesada carga de Medina, a quien le estalló en medio de la campaña la pandemia del COVID19 que le ha causado un daño tan grande al país y sobre todo a la clase trabajadora, que hay quienes creen que pasarán años antes de que se pueda volver al año anterior en salud y economía.
Dada la virulencia de la pandemia, lo probable es que el nuevo gobierno será inaugurado con el mínimo de reuniones, excepto la juramentación en el Congreso Nacional, el Te Deum, en la Catedral, la ofrenda en el Altar de la Patria y la juramentación del Gabinete. Actos como el desfile militar y la recepción tradicional se suspenderían.
La población, que le ha dado un largo plazo de espera al régimen de Medina aunque se le culpa de la indisciplina que al parecer ha hecho que la pandemia se extienda más allá de lo que muchos médicos anticipaban, tendrá que hacer lo mismo con Abinader, que llega con buenas intenciones.
Abinader nombró su equipo de salud, dándole a la vicepresidenta electa señora Peña, una muestra de que su puesto por elección tendrá ocupaciones. En el grupo Abinader colocó a varios neumólogos y cardiólogos cada uno con buen resumé. Del grupo se cree que saldrá el ministro de Salud Pública.
El presidente electo tiene bastante tiempo en el PRM y su matriz, el PRD, para conocer quienes han tirado piedras y se han visto involucrados en desórdenes de la calle aunque estén revestidos de sabios. También a quienes cargan acusaciones de narcotráfico y lavado de activos.
Imposible de complacer a todos como advirtió el presidente saliente Medina en su primer mandato: “tengo muchas cabezas y pocos sombreros”. Se diría que de esas cabezas abundan las que aspiran a puestos mayores y reclamarán que trabajaron para la campaña y que tienen merecimientos.
Por qué perdió el PLD
Ahora, amigos y adversarios analizan por qué perdió las elecciones el PLD pese a que tenía “la ayudita” de los amigos del Gobierno, la aparente fuerza del que era el partido principal del país y el trabajo fatigante del candidato Gonzalo Castillo, quien empleó recursos propios en la campaña.
El PLD era fuerte, aunque disminuyó con la salida del expresidente Leonel Fernández, empecinado en conseguir la nominación presidencial para consagrarse como cuatro veces presidente. En la campaña su ataque fue al poder y no al candidato Castillo, por lo que ahora algunos alegan que ganó.
Castillo no era el hombre para ser lanzado por el PLD, cuya dirección reunió a cinco ex aspirantes para escoger entre ellos la ficha. De los que aseguraban su derecho a la postulación estaba Reynaldo Pared, presidente del Senado. La mayoría prefirió a Castillo porque veían a Pared Pérez con un pie en el danilismo y otro en el leonelismo.
El destino jugó un papel ingrato para Pared Pérez. En medio de la campaña electoral comenzó a sentir malestares en el estómago. Un chequeo médico en los Estados confirmó que tiene cáncer en el esófago, un percance inesperado que lo hubiese inhabilitado en todo caso para buscar la candidatura.
Abinader tuvo su choque con el coronavirus cuando anunció que tanto él como su esposa y una hija tenían el virus, lo que hizo temblar al liderazgo partidario pese a que las encuestas para ese momento de junio lo situaban muy bien adelante de Castillo. Su rápida recuperación le permitió entrar al final en la campaña.
Por su gentileza y buenas maneras los políticos del PRM podrían confundir a quien sería un jefe de estado con energía y determinación para no interceder por alguno que sea sometido a la justicia, ya del régimen saliente o de los anteriores en casos dormidos en la Procuraduría contra la Corrupción.
Las graderías de la política quieren sangre al nivel de que algunos de los que alentaron las marchas verdes y de otros colores para luchar contra la corrupción, ya avisan que el presidente entrante no le da paso a los juicios volverán a las calles a principios del 2021 con las mismas banderas y reclamos.
En la derrota del PLD no puede quedarse atrás el supuesto desprecio con que los funcionarios trataban a los “compañeritos”. En una de sus visitas sorpresa el presidente Medina mencionó el nombre del que podía satisfacer lo que pedían. Casi a coro le respondieron: “ese no, Peralta el que resuelve”.
Se referían a José Ramón Peralta, el ministro Administrativo quien al parecer ayudó a todo el que pudo en su partido y pasó apuros cuando algún funcionario desleal a Medina duraba en el puesto más allá de lo razonable haciendo “travesuras” y prevalido de ser un “cuadro” que se consideraba indispensable.