La brisita navideña: Frustración y descontento social

La navidad, tradicionalmente una época de esperanza y unión en la República Dominicana, en los últimos años ha llegado empañada por un clima de frustración y descontento. En estas fechas en que nuestros hogares suelen llenarse de esperanza, luces y tradiciones, la famosa “brisita navideña”, esa sensación de optimismo que suele inundar los corazones dominicanos parece haberse convertido en un anhelo lejano y perdido bajo el mandato del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Los ciudadanos expresan su malestar ante una gestión que no logra responder a las necesidades urgentes del país. Mientras los problemas económicos, la inseguridad y las deficiencias en los servicios básicos persisten, la percepción de un país al borde del colapso se hace cada vez más evidente.

El peso de una economía asfixiante

El alto costo de la vida sigue siendo una de las principales preocupaciones de la población. Los productos de la canasta básica han alcanzado precios insostenibles para muchas familias, mientras los ingresos no logran compensar los aumentos. En estas fiestas, lo que antes era una cena tradicional navideña ahora se ha convertido en un lujo para muchos hogares.

A esto se suma el impacto de políticas económicas que, según expertos, han priorizado los intereses de sectores específicos sobre el bienestar general, la falta de oportunidades laborales, sumada al aumento de la desigualdad y otros temas que han dejado a una gran parte de la población sumida en la desesperanza.

Una inseguridad que no da tregua

La delincuencia y la sensación de inseguridad han alcanzado niveles alarmantes. Atracos, robos y actos violentos se han convertido en parte de la rutina diaria de los dominicanos. Aunque el gobierno ha anunciado planes para combatir la criminalidad, los resultados son insuficientes y la población no percibe mejoras tangibles.

Desconexión entre el gobierno y el pueblo

Mientras la administración del PRM destaca sus logros en proyectos de infraestructura y recuperación económica, la realidad que vive el pueblo parece contrastar con el discurso oficial. La desconexión entre las promesas gubernamentales y la experiencia cotidiana de los ciudadanos alimenta la frustración y el desencanto.

El clamor por un cambio real

En medio de este panorama sombrío, la población comienza a exigir un cambio profundo. La Navidad, que debería ser un momento de reflexión y esperanza, se ve opacada por el peso de una gestión que no logra cumplir con las expectativas de un pueblo que le dio una segunda oportunidad.

Los retos sociales, económicos y políticos que enfrenta la nación han generado un ambiente de descontento que empaña las festividades y esa promesa de cambio que impulsó al PRM al poder en 2020 se ha visto desvanecida frente a una realidad donde el costo de la vida se dispara, la inseguridad crece y la calidad de vida de los dominicanos se deteriora cada vez más. El panorama actual del país plantea unas preguntas inquietantes: ¿hacia dónde nos lleva esta administración? ¿podrá el gobierno revertir esta situación y devolverle al pueblo dominicano no solo la brisita navideña, sino la estabilidad y esperanza que tanto necesita?

Por: Yerfin Santana
Lic. Administración de Empresas