La deuda pública consolidada, incluyendo la intergubernamental, en agosto de 2024 ascendió a US$76.223,4 millones, lo que equivale a un 61,2% del producto interno bruto (PIB), para un aumento de un punto porcentual al cierre del año pasado.
De acuerdo con un análisis publicado por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES9, la composición es como sigue: la deuda del sector público no financiero (SPNF), con un monto de US$57.596 millones, es un 46,3% del PIB, y la del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), que está en US$ 18.627,5 millones, representa un 15%.
El CREES sostiene que la deuda representa una carga importante para los contribuyentes, tanto por el pago de su costo como por el capital de este. Señala que, para este año, según la ley de Presupuesto General del Estado, el monto del gasto en intereses del gobierno central como porcentaje de los ingresos tributarios está presupuesto en 25%.
“Esta representa una medida muy importante de la sostenibilidad de la deuda. El importante peso que representa la deuda pública americana su reducción de forma sostenible. La mejor forma de lograr este objetivo es iniciando un proceso de consolidación fiscal basado”, considera la institución.
Para el CREES, este proceso de consolidación fiscal debe estar sustentado en el establecimiento de reglas fiscales que lleven a un eventual superávit fiscal y, en consecuencia, la deuda pública pueda ser reducida. Sugiere, igualmente, una transformación tributaria que reduzca los incentivos actuales a la evasión y la elusión, y que no sea una limitante para nuevas inversiones formales.
A su entender, esto debe ir acompañado de la implementación de otras reformas estructurales que permitan incrementar la productividad promedio en la economía y elevar los ingresos de los ciudadanos.
Según la entidad, el escenario para que el país viva una transformación fiscal ya está planteado, por lo que entiende que solo queda tomar la decisión sobre cuál camino seguir.
“Con respecto a la sostenibilidad fiscal, sugiere no gastar lo que puedan recaudar de manera adicional las autoridades ante los incrementos de recaudaciones que se implementarán en el futuro cercado, es decir, lograr avanzar en la consolidación fiscal.
Además, considera pertinente aumentar el gasto primario por debajo de lo que indica la regla fiscal aprobada recientemente. En este sentido, indica que si la inflación promedio esperada para 2025 es 3.4% y la regla permite un incremento hasta tres puntos porcentuales por encima de ese nivel de inflación oficial, hay que mantener el crecimiento por debajo del 6.4%. “La prudencia fiscal ha sido la base de la estabilidad macroeconómica en la historia económica de los países”, sostiene el CREES.