La carrera política de los liderazgos por lo regular es una conjugación de victorias y derrotas. En la mayoría de las ocasiones, los líderes pierden en sus primeros intentos de conseguir escaños y puestos de elección popular.
Danilo Medina perdió en el 2000, Leonel Fernández perdió en 1994 como compañero de boleta de Juan Bosch, Hipólito Mejía perdió en el 1990 como compañero de boleta de Peña Gómez.
El actual presidente Luis Abinader perdió en el 2012 como compañero de boleta de Hipólito y en el 2016 como candidato presidencial.
Abel Martínez Durán, por el contrario, ha ganado en los cinco procesos electorales consecutivos en que ha competido por el voto popular. Electo diputado por voto preferencial en las elecciones 2002, 2006 y 2010. Alcalde de Santiago en las elecciones 2016 y 2020.
Abel es un caso único en la historia democrática dominicana del ciclo post caudillismo ilustrado. No tiene derrotas. Su proeza es mayor cuando analizamos sus triunfos en las bancadas de diputados del PLD que en cinco elecciones consecutivas lo escogieron casi a unanimidad para que sea presidente de la Cámara de Diputados.
En su primer intento de búsqueda de la candidatura presidencial del PLD, Abel Martínez obtuvo la nominación. Esa también es una hazaña que han logrado alcanzar pocos políticos en el curso de la democracia dominicana.
Están los casos de Amable Aristy Castro, Florentino Carvajal Suero, Máximo Castro Silverio y otros que han obtenido una serie parecida de victorias consecutivas, pero solo en el nivel congresional. Abel lo ha conseguido en lo congresional y municipal, y, ahora va por lo presidencial.
Abel Martínez es el único líder invicto que existe en las contiendas electorales dominicanas. Ahora va por el puesto mayor compitiendo contra un presidente de la República y otro tres veces presidente de la República.
Su juventud, que para algunos es su desventaja, es en los hechos su gran ventaja, porque es un joven triunfador y exitoso. Joven de energía y visión, pero con experiencias acumuladas y procesos vividos que les hacen confiable para manejar las crisis sin importar sus tamaños.
La serie de triunfos consecutivos que tiene Abel Martínez es el producto de los resultados. Abel ha llenado las expectativas de la dirigencia y membresía de su partido que se ha colocado a su lado, pero también de la población en sentido general que les ha dado el voto.
El 19 de mayo 2024 Abel Martínez tiene una cita con la historia. Su liderazgo es ascendente, y eso es una gran ventaja, puesto que todavía no sabe lo que es morder el polvo de la derrota.
Su partido, el PLD, viene de una derrota electoral en el 2020, pero al momento de esa contienda electoral, llevaba cuatro victorias presidenciales consecutivas, un récord en la historia dominicana.
Abel se autoproclama como el proyecto de la renovación y la esperanza. Sabe muy bien que un porcentaje importante de la población desea una renovación de la política y que las mayorías sueñan con una República Dominicana más próspera, más institucionalizada, con más inclusión y oportunidades. Ese deseo de cambio pone el escenario a su favor.
Por: BELARMINIO RAMIREZ MORILLO.
El autor es politólogo y escritor.