El costo de la improvisación y el “Gobierno a las Provincias”

Todos aspiramos a que las cosas cambien y que cambien para mejor. Pero lo que estamos observando a la vista es que el gobierno del “cambio” nos sumerge en un círculo vicioso de improvisaciones en la que, ya gran parte de los dominicanos se encuentra al borde de la desesperación como consecuencias de las malas decisiones del gobierno en las ejecuciones de las políticas públicas.

Decía la canciller Alemana Angela Merkel que “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir dichos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre.”

 El gobierno del “cambio” aún sigue culpando a sus antecesores de los problemas del pasado para justificar su ineficiencia e incapacidad en el presente. El gobierno del “cambio”, a manera de circo mantiene un discurso populista hacia los sectores marginados del país, como forma de adocenar las clases populares, mientras gobierna para un grupo de popis, o mejor dicho como le denomino uno de los suyos, para una “popicracia.” 

Dicen que las equivocaciones cuestan mucho y es verdad porque ya los estamos presenciando y todo parece indicar que nada ha de cambiar. Todos sabemos las penurias que padecimos cuando elegimos en el pasado a un presidente que nunca sabíamos cuándo actuaba como cómico y cuando como presidente, pues hizo de algo tan serio como gobernar un país en puro relajo y hasta tuvimos que soportar sus burlas y chistes ofensivos como signos de su presidencia. 

En este gobierno del “cambio”, las improvisaciones han tomado tinte de gerencia publica y se han convertido en estrategias para gobernar, a tal punto que los errores del presidente lo tildan de “buenas intenciones”, y olvidamos que de buenas intenciones está lleno el camino al infierno, y todo parece que por ahí vamos.  

Recientemente, el gobierno del “cambio” le ha dado con mandar a sus funcionarios a las provincias, dizque para que conozcan de cerca, y en el terreno, los padecimientos y problemas de las diversas comunidades del país.

A primera vista, esto parece una medida positiva e imbuida de buenas intenciones, pero si la analizamos a fondo veremos que refleja las falencias y deficiencias operativas y de gerencia de este régimen de improvisados y de improvisaciones. 

Esta acción refleja de antemano que el presidente no regentea las funciones de los organismos ejecutores de políticas públicas del gobierno central. Claro está, no es posible hacerlo cuando se está todo el tiempo fuera del escritorio presidencial. El presidente es el ejecutivo principal y líder de la nación, y como tal tiene a su cargo la planificación y ejecución de las políticas públicas para beneficio de la población.  

Ante una ausencia de plan de gobierno (por lo menos que conozca la población), el gobierno del “cambio” tiene que recurrir a copias y métodos clientelares ya utilizado en el pasado por otros gobernantes. Basta recordar historias recientes como las “visitas sorpresas” de Danilo Medina, lo hacia Balaguer, y hasta Trujillo lo hacía, cuando el dictador se aparecía sorpresivamente para ver y comprobar el estado de las obras en ejecución.

Campaña a destiempo

Vistas así las cosas, lo que realmente busca el gobierno del “cambio” es iniciar una campaña reeleccionista a destiempo, disfrazada de gobierno provincial, con sus funcionarios tirados a la calle haciendo proselitismo político y propaganda electoral, ante el evidente deterioro y desgaste político de este gobierno y de su candidato que no da pie con bola y ante la reemergencia de un candidato que avanza arrollador con toda la fuerza del pueblo, que le pide que vuelva para que lo saque del atolladero en que lo ha metido este gobierno de aprendices y de improvisados.  

El gobierno del “cambio” durante estos dos años, en vez de gobernar y ejecutar su plan si lo tenía, se ha dedicado a cambiar el nombres a las cosas hechas por sus antecesores, por ejemplo, cambió el nombre a la entidad Comunidad Digna por “Programa de Comunidad Segura”, a “Comer es Primero” por “Supérate”, Republica Digital por Gabinete de Transformación Digital, y más reciente con la propuesta de reforma a la Constitución, el cambio de nombre del Procurador General de la Republica a Fiscal General.

Y como si el cambio fuera en reversa, la comida que antes sus antecesores regalaban a los pobres, hoy el gobierno del “cambio” la vende a $1,000 pesos en los supermercados de ricos.  

Leonel

Hoy, otra vez, Leonel tiene la igual misión de impedir que la crisis se profundice, y el país caiga en el caos, propiciado por manos inexpertas e improvisadas, sobre todo, en tiempos de crisis que es donde más se necesita de la sabia guía de un estadista que sabe cómo es que vamos a salir bien de esto, pues ya lo hizo y lo hizo muy bien en la crisis financiera de 2008, cuando el país creció y salió indemne de aquella tormenta económica, mientras otros países colapsaban.

Ojalá que los dos años faltantes de este gobierno, no empuje a los ciudadanos a tomar acciones que puedan alterar el orden público y la paz que respiramos. ¡Que Dios nos proteja! 

Por PASCUAL RAMIREZ
EL AUTOR es abogado y politico. Reside en Nueva York.