La Policía de Nueva York apresó a nueve dominicanos y un afroamericano acusados por la Corte Suprema Estatal de El Bronx de robarse 225 vehículos en el Alto Manhattan, que fueron enviados a República Dominicana y vendidos por internet en Estados Unidos.
Según datos policiales, la banda usaba alta tecnología para abrir las puertas de los carros a través de computadoras, limaban las numeraciones seriales y las cambiaban.
Una vez dentro del vehículo, reprogramaban el sistema informático para obtener el control de éste, desactivar las alarmas y arrancar el motor. En cuestión de minutos, el equipo de robo podía sustraer un vehículo sin hacer sonar las alarmas ni llamar la atención, incluso en un entorno urbano denso. La banda también pudo reprogramarlo para que dejara de reconocer las llaves electrónicas de los verdaderos propietarios, de modo que éstas dejaran de funcionar.
Los miembros de esta organización luego transportaron los vehículos de regreso a uno de varios lotes ubicados en el Bronx, donde fueron alterados y se cambiaron los números de identificación (VIN) para dar a los autos robados una nueva identidad.