Abinader: Una carrera política impulsada por sólidas alianzas

Abinader jura maña por un segundo mandato presidencial convertido en uno de los líderes políticos más exitosos

Luis Rodolfo Abinader Corona, con 57 años, se juramentará mañana para un segundo periodo como presidente de la República, un hecho que lo consagra como uno de los líderes políticos de mayor éxito en la historia electoral reciente. La exitosa carrera política de Abinader ha estado marcada por decisiones estratégicas, especialmente por alianzas políticas, que le han garantizado el éxito electoral.

Una muestra es que para las elecciones de febrero y mayo de este año, logró un acuerdo con 22 partidos políticos.

En 2019, propició una alianza municipal y senatorial con 14 partidos de oposición, que incluyó la Fuerza del Pueblo (FP), de recién fundación producto de la división del PLD, liderada por Fernández, que además tenía otros seis partidos aliados.

En 2016 logró un acuerdo con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) en el nivel presidencial, lo que le facilitó la casilla tres de la boleta, cuando el PRM ocupaba el recuadro quince.

En el debut de su proyecto presidencial para la convención del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 2011, hizo un acuerdo con Hipólito Mejía, a cambio de la candidatura vicepresidencial.

Abinader también cuenta con aliados fuera de los partidos políticos, especialmente del movimiento social que presionó por temas como el fin de la impunidad y una política anticorrupción.

La prueba de esa alianza es que la mayoría de activistas de esos movimientos, incluyendo directivos de Participación Ciudadana, ocupan cargos en el gobierno central.

Su crecimiento político ocurrió en la oposición. Le dio forma a su proyecto presidencial en 2008, inmediatamente después de concluidas las elecciones presidenciales de mayo de ese año.

Abinader arrancó el proyecto con la vista puesta en la convención del PRD que se haría en 2011. Como parte de ese proceso se alzó con la candidatura vicepresidencial en un acuerdo con Hipólito Mejía, denominado “unidad y triunfo”, que llevó al expresidente a vencer a Miguel Vargas en la convención del 6 de marzo de 2011.

La dupla Mejía-Abinader perdió las elecciones de 2012, lo que provocó la división del partido blanco.
En la guerra por el control del PRD que protagonizaron Vargas y Mejía, Abinader respaldó al expresidente. Cuando la división del partido más viejo del sistema político dominicano era inminente, los Abinader aportaron la plataforma política que sirvió de sombrilla a los dirigentes que abandonaron el partido del jacho, la Alianza Social Dominicana (ASD) hoy Partido Revolucionario Moderno (PRM).

El PRM, en 2015, luego de un año de fundado oficialmente y de dos años de batalla, primero en el PRD y luego para que la Junta Central Electoral (JCE) reconociera el nuevo nombre a la ASD, realizó las primeras votaciones internas para escoger los candidatos a cargos de elección popular para las elecciones de 2016, incluido el candidato presidencial.

En una competencia contra el expresidente Mejía, Abinader ganó la contienda con el 70%, según los datos de la comisión nacional organizadora de esa convención, presidida por Milagros Ortiz Bosch.
En las elecciones de 2016, logró el 35% de los votos en un escenario que favoreció que Abinader capitalizara todo el voto opositor por la alianza que hizo el PRD con el PLD. El PRM logró además 50 diputados y 30 alcaldías. Pero el contexto político también estaba inclinado hacia pocas probabilidades de triunfo del PRM y Abinader por los altos niveles de popularidad de Medina y el PLD.

Las elecciones de 2016 posicionaron a Abinader como líder de la oposición política y canalizó ese liderazgo en apoyo a las protestas del movimiento social. Las mayores manifestaciones en 2017 las protagonizó la Marcha Verde que reivindicaba el fin de la impunidad y la corrupción especialmente, por Odebrecht.

En las primarias del 6 de octubre de 2016, las primeras organizadas por la Junta Central Electoral por mandato de la Ley de Partidos, Abinader obtuvo de nuevo una gran victoria frente a Mejía.

Pero ese no fue el único resultado favorable para Abinader de ese proceso, pues de ahí nació la división del PLD, una coyuntura que el hoy presidente de la República capitalizó al máximo.

Pese a las críticas de algunos sectores, incluso dentro del PRM, hizo una alianza estratégica con Leonel Fernández, que definió en ese momento como “acuerdos mínimos” de alianzas electorales coyunturales, porque mantenían la misma diferencia de siempre en la práctica política. Abinader ganó la presidencia de 2020 con el 52% de los votos y el PRM logró mayoría congresual y municipal.

En las primarias pautadas para octubre del pasado año, el PRM volvió a escoger por tercera vez consecutiva a Abinader como candidato, esta vez fue reelecto en las votaciones presidenciales les del 19 de mayo de 2019 con el 58% de los votos, con mayoría absoluta en el Senado y la Cámara de Diputados, y el 85% de las alcaldías.

Abinader y el PRM también controlan el Consejo Nacional de la Magistratura que escoge los jueces de las altas cortes y el Senado, que elige a los miembros de la Junta y los miembros de la Cámara de Cuentas, así como al Defensor del Pueblo. Abinader tiene el liderazgo total del PRM aunque ha tenido un manejo de respetar la cuota del expresidente Hipólito Mejía a lo interno de la organización como en la participación de en los cargos del gobierno central.

Favorecido por coyunturas

El liderazgo político de Abinader ha crecido, además del pensamiento estratégico que ha mostrado el gobernante, no menos cierto es que las coyunturas políticas han favorecido su desarrollo político. En la creación de escenarios favorables a Abinader los errores políticos de Miguel Vargas, han jugado un papel sobresaliente.

En el caso de las elecciones de 2016, Abinader capitalizó totalmente el voto y liderazgo opositor, porque Miguel Vargas y el PRD hicieron una alianza con el PLD, que entonces estaba en el gobierno con Danilo Medina. Para el proceso político de las primarias de 2019, supo jugar sus cartas entre los intereses de Leonel Fernández y Danilo Medina.

Por ejemplo, como el número de diputados que tenía el PRM era determinante para aprobar la ley de partidos, en un acuerdo con el sector de Medina, aprobó primarias simultáneas abiertas y cerradas, con lo que protegió su candidatura en el PRM porque el sector de Mejía prefería primarias abiertas, pero al mismo tiempo con esa ley permitió que el PLD hiciera primarias abiertas, promovidas por Medina y rechazadas por Fernández.

Luego que el PLD se dividió en 2019, favoreció a Fernández y su partido, la FP, con quien logró acuerdos en el que ambos ganaron. Por ejemplo, la FP sacó seis senadores en su casilla gracias a esa alianza con el partido azul, mientras que el PRM logró 19.

Ya en el gobierno, el PRM nunca descuidó a Fernández, a quien identificó con tiempo como el enemigo a vencer en las elecciones de este año.

Igualmente, desarrolló una política de alianzas que involucró a 22 partidos, muchos de los cuales fueron aliados del PLD y Fernández. El acuerdo más emblemático fue el de Guillermo Moreno y su partido, Alianza País.

Abinader, además de los partidos políticos, ha hecho alianzas estratégicas con el movimiento social, especialmente Marcha Verde, que se ocupó de generar un fuerte voto de rechazo al PLD, tanto hacia Danilo Medina como a Leonel Fernández. Junto a su esposa, Raquel Arbaje, participó en las protestas multitudinarias que hizo ese movimiento durante el 2017. Luego, con la suspensión de las elecciones de febrero de 2020, acompañó a los jóvenes que protestaron en la Plaza de la Bandera. También encabezó una manifestación junto a los partidos de oposición rechazando el fallo que provocó que las elecciones abortaran.